Noelia Lorenzo Pino acaba de publicar Blanco Inmaculado, una novela en la que explora el mundo de las sectas, la sociedad actual, las normas, las leyes y la libertad individual.
En un incendio en un caserío cercano a Irún aparece el cadáver de una chica amordazada perteneciente a una comunidad que vive al margen de la sociedad. La oficial Lur de las Heras, de baja por una enfermedad que apenas le permite moverse, vuelve para encargase de la investigación con una nueva compañera, Maddi Blasco. Estas dos mujeres, que apenas se conocen, son las encargadas de romper las barreras que los Fritz (así se llaman todos los miembros de la comunidad) se encargan de levantar. Pero además de los miembros de esta comunidad, Lur y Maddi se van a encontrar con la oposición de algunos de sus compañeros y con un grupo de personas que luchan por desmantelar la secta.
Blanco inmaculado transcurre prácticamente en el interior del caserío donde la secta fabrica ropa de manera tradicional de un color blanco inmaculado. El lector casi puede sentir la humedad del lugar y el olor de las planchas. Todos los miembros guardan secretos, secretos que no quieren compartir. Sin embargo, las dos investigadoras van poco a poco ganándose su confianza de y tejiendo una gran amistad entre ellas dos mismas. Aunque ellos se llaman familia, no todos lo son. La mayoría llegaron al caserío buscando las respuestas que no encontraban. Allí se les dieron normas pero también el calor de gente con la que compartían sus creencias. Ninguno de ellos puede creer que alguien de dentro haya matado a Ari.
El tema que trata Blanco inmaculado es la sensación que se siente si lo que eres choca de frente con tus creencias y tu cultura. Ari, la víctima; Eva, su inseparable amiga; Guillermo, su padre y Maddi la patrullera encargada del caso, tienen que elegir entre su libertad y lo que los demás quieren de ellos. A veces, es más fácil dejarte llevar y cumplir las normas que te han inculcado que romper con ellas y ser feliz. Pero la elección en ningún caso es fácil. Tanto las cerradas normas de la secta como las veladas costumbres de la sociedad que hay fuera del caserío parecen guiar a cada uno de los personajes de Blanco inmaculado. Sólo algunos se atreverán a romper las invisibles cadenas.
En esta novela, Noelia Lorenzo demuestra con gran acierto, la capacidad que tiene en desarrollar los personajes. Ninguno de ellos es un estereotipo y, sin embargo, el lector, sea de donde sea y sea como quiera que sea, va a empatizar con alguno. Todos ellos están perfectamente perfilados, tienen luces y sombras. Con brillantes diálogos el lector acaba conociéndolos a fondo y, hasta comprendiendo, sus contradicciones. Y también esperamos que la investigación de Lur y de Maddi sea el comienzo de una bonita amistad
Con su estilo de siempre, en Blanco inmaculado, Noelia Lorenzo nos muestra un mundo blanco en el que las sombras lo supervisan todo.
PD. Por cierto, seguidnos la pista que esta semana sortearemos un ejemplar de Blanco inmaculado entre nuestros amigos