Alegría es una joven fuerte y decidida a escapar de la falta de oxígeno que se respira en su casa. Su padre, ausente, y su madre, presente a ratos. Vive todo el tiempo con su hermano pequeño, que depende de ella, pero un episodio con él desata la necesidad de buscar una vida fuera de su casa. Está enamorada de Mario, un joven que ha sufrido el maltrato de su padre y que parece ser la salvación de Alegría. Sin embargo, como siempre ocurre en casos de violencia machista, Alegría no se da cuenta de que se está enredando en una tela de araña de la que va a ser muy difícil escapar. Ni siquiera es capaz de salir cuando nace su hija Soledad.
En esta novela, Carmona logra que leyendo una historia tan dura, el lector conozca de primera mano cómo comienza una historia de malos tratos y cómo se desarrolla. Alegría nos cuenta en primera persona, de una manera aparentemente sencilla, como llega una chica inteligente y decidida a romper el círculo de violencia en el que pasa su infancia. Pero su nueva vida acaba formando el mismo círculo imperfecto en el que vivía su madre.
Cuando vivimos en el eterno debate sobre las diferencias en la literatura escrita por mujeres y en la que escriben los hombres, Miguel Ángel Carmona logra entrar en la cabeza de una mujer víctima de violencia machista, sin juzgarla, sin culparla de no saber escapar de su infierno, de no detectar las señales que Mario le va dando, de no pararle los pies a tiempo, de sufrir malos tratos. Miguel Ángel Carmona se documentó entrevistando a once mujeres víctimas de malos tratos para, con todas esas vivencias tan terribles, narrar la historia de una mujer cuyos sueños acaban rotos.
Necesitamos hombres que entiendan la indefensión de las mujeres maltratadas para que entre todos rompamos el círculo.
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