Gellida, publicada en septiembre por Suma.
César Pérez Gellida vuelve a crear, en esta novela, el ambiente de oscuridad y engaño al que nos empujó en la trilogía de Augusto Ledesma: Versos, canciones y cachitos de carne, que narra las andanzas de un asesino brutal que, sin embargo, se gana de calle las simpatías del público.
Astillas en la piel cuenta la historia de dos jóvenes: Álvaro, escritor de novela negra, y Mateo, crucigramista. Los dos se conocieron en un internado, cuando tenían 12 ó 13 años y se reencuentran tiempo después en Urueña, una pequeña ciudad medieval que es conocida como la villa de los libros, para saldar una cuenta pendiente. En el Colegio Santo Tomás de Bari (Santo que yo no he logrado encontrar en el devocionario católico y que, si es ficticio, debe de aunar las bondades de la ética de Sto Tomas de Aquino y los milagros atribuidos a San Nicolás de Bari, salvar a tres niños de la muerte y recorrer el mundo entregando regalos) los dos jóvenes se clavan astillas que aún duelen. Pero los mortales que intentan arreglar el pasado suelen destrozar el presente.
La historia está llena de dualidades. Toda la historia gira alrededor de los dos protagonistas Álvaro y Mateo, que narran en primera persona lo que les ocurre y lo que les ocurrió. Los escenarios también son dos, el internado y Urueña y el tiempo en el que transcurre Astillas en la piel es el presente y el pasado. Pero Astillas en la piel no narra cómo un personaje bueno persigue a uno malo, aquí los personajes son malos o son peores.
Es un thriller psicológico que empieza narrado con un ritmo pausado, el tiempo de la niñez donde los días son eternos, pero un acontecimiento ocurre (os vais a dar todos cuenta de cuándo llega) que convierte la historia en una sucesión brutal de giros que no te dejan a penas respirar, para terminar dejando al lector sin palabras.
César Pérez Gellida vuelve a dejar noqueado al iluso lector que se cree más listo que los personajes, sabe recrear con aparente sencillez la cencellada castellana que pinta el paisaje de blanco y que hiela cualquier atisbo de compasión. No dejéis de leer Astillas en la piel y ya me contáis qué os ha parecido.
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