No sólo estas 8 mujeres publicaron con pseudónimo masculino, muchas otras lo hicieron y sus obras se convirtieron en nuestros libros de referencia.
Hoy vamos a celebrar el Dia Internacional de la mujer con otras 8 escritoras que nos van a decir cuáles son los libros, escritos por mujeres, que las han marcado. Empecemos.
Empar Fernández
Suite francesa de Irène Némirovsky por la amplitud de su mirada.
Susana Hernández
En carne viva me pareció un título sugerente en castellano y en inglés tremendo (In the cut) y despertó enseguida mi curiosidad. El personaje de Frannie, la profesora de escritura, estudiosa de la jerga juvenil, de vida solitaria y algo anodina, se revela como una mujer apasionada, intensa, capaz de romper tabúes. La narrativa utilizada por Moore me pareció erótica y capaz de sumergirnos en el personaje principal y en el de su amiga. Me fascinó la atmósfera que la autora consigue crear, cómo desarrolla un thriller a un ritmo de novela casi costumbrista. De repente me vi sumergida en una historia oscura, que desprendía olor a sangre y a sexo. Hace mucho tiempo que la leí pero recuerdo la sensación turbadora de estar en la cabeza de los personajes, el punto de voyerismo de Frannie espiando a hurtadillas una felación y después su morbo incontenible por conocer sobre el asesinato de la mujer, el morbo ante el crimen y la sangre... Las tramas y subtramas, la sensación de que los protagonistas se están metiendo, sin darse cuenta, en la boca del lobo y la terrible convicción de que la historia va a acabar mal. Y el sabor de boca cuando llegué a la última página. Buf... Historia potente u personajes potentes. Me tocó mucho. Cuando fui a ver la adaptación cinematográfica, realizada por la misma autora,dirigida por la Champion y protagonizada por Meg Ryan (muy alejada de su registro habitual) volvió a tocarme a pesar de que el final es otro.
Susana Martín Gijón
Pues me voy a ir a una novela gráfica, Persépolis. Conocer la revolución islámica a través de la mirada de una niña, Marji, y vivir con ella lo que significó en su vida y en la de tantas mujeres me removió hasta los cimientos. Para mí, un imprescindible.
No es fácil decidirse por un libro que te haya marcado. Son muchos, y algunos forman parte de tu vida sin que seas consciente. Uno de los que siempre está presente
es Soledad (“Soledat”) de Víctor Català, el seudónimo de una escritora catalana, Caterina Albert, que publicó en 1909. La lucha de una mujer, Mila, en la búsqueda de su propia identidad más allá del matrimonio, de la sombra de su marido, me marcó como lectora y como escritora. Por su fuerza, por su manera de contar las cosas. Y en el siglo XXI, Dolores Reyes, escritora argentina, ha publicado su fantástica Cometierra, en la que las mujeres siguen buscado su identidad, frente a la crueldad, la prepotencia y el machismo. Dos novelas, dos siglos, la misma lucha.
Leí Matar un ruiseñor cuando tenía 15 o 16 años. Mientras lo hacía, no tenía ni idea de que Harper Lee era una mujer. Con ese nombre debería haber sido un varón. No lo descubrí hasta que llegué a la contrasolapa, sin foto, y vi que decía "nacida en...". Lo leí una vez, asombrada, luego vi la película y volví a leer el libro de un tirón para captar lo que se me había escapado en la primera lectura. Veía a Atticus, veía al acusado, veía a Scout. Lo veía todo en las páginas. Y el racismo, la separación de clases y la determinación del abogado. Crudo y directo. Real. Me impresionó muchísimo. Hoy, tengo cinco versiones de este libro en diferentes idiomas. Para mí, como persona, hubo un antes y un después de Matar un ruiseñor.
Me han pedido que os recomiende un libro escrito por una mujer que me haya marcado. He estado
recapacitando y me he dado cuenta de que en mis primeros pasos como lectora me dejé llevar de la mano de muchas autoras pues las primeras novelas que leí fueron de Enid Blyton y, muy poquito después, ese campo lo ocupó Agatha Christie, que me descubrió todo un mundo de misterio que desde hacía tiempo yo venía anhelando.
Pero de entre todos los libros de aquella época en la que estrenaba esas sensaciones de descubrir historias y que estaba decidiendo si creérmelas o no, hubo una novela que me marcó especialmente, y mucho más porque me la recomendó mi padre, un hombre que no había tenido la oportunidad de ir a la escuela de niño pero que había aprendido lo básico con mucho amor propio y lo primordial con muchas experiencias vividas.
Y yo le hice caso y cogí de sus manos ‘Siempre en capilla’ de Lluïsa Forrellad, una novela que relata la lucha de tres médicos jóvenes durante una durísima epidemia de difteria en Inglaterra en el siglo XIX. Me dejó con la boca abierta.
Lluïsa Forrellad ganó el premio Nadal de 1953 con esta novela y no fue hasta después de más de 50 años de silencio cuando publicó en 2006 ‘Fuego latente’, que narra una historia romántica ambientada en la convulsa Barcelona de finales del siglo XIX, donde se entremezclan pasiones, secretos y revueltas. La leí y también me gustó, pero no sentí lo mismo que con la primera, quizás porque yo no había cumplido ni mi segunda década aún.
Y para un lector, el momento en el que lee un libro está íntimamente ligado con lo que siente y recuerda de por vida.
Anne Sexton. Su poemario completo antes de suicidarse creo que es lo que más me ha marcado
'Esperando morir', de Anne Sexton. Debajo del Pulitzer había una mujer enterrada en vida, deseando dejar de ser.
(Os dejo el enlace a la poesía recomendada por Jimena recitada por Tomás Galindo.)
Esperando morir
Gracias a estas 8 escritoras, gracias a todas y feliz día de la mujer!
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