Casimiro, empujado quizás por el aburrimiento, decide poner en marcha una agencia de detectives. Es ciego, pero ese detalle no parece importarle. Conchita, su asistenta, se ofrece a ser su ayudante “en prácticas” y es ella la que encuentra el primer caso que van a investigar. Un niño chino del barrio ha desaparecido. Pero ellos no están solos. En la búsqueda van a contar con la ayuda de Julius Echevarría, un vecino que ejerce de terapeuta sentimental, Benancio un guardia civil en horas bajas y la Señorita Pérez, una famélica perra que no pasó el examen de perro guía.
La literatura española está llena de ejemplos de cómo el humor en la literatura puede ser un genial vehículo de crítica social. El Lazarillo de Tormes, Cervantes, Muñoz Seca, Jardiel Poncela y Valle Inclán forman parte de una tradición que utiliza al humor como medio para presentar el lado esperpéntico de la sociedad y hacer crítica social desde la risa. Los personajes son marginados sociales con los que el lector no puede identificarse pero que, sin embargo y a pesar de representar lo absurdo del ser humano, logran ganar su simpatía. Eso es lo que les pasa a los personajes de Una mirada perdida. Todos ellos son seres solitarios que encuentran en esta absurda agencia de detectives el modo de salir de su aburrimiento. Es verdad que el detective invidente y sus socios no están preparados para luchar contra una mafia china, pero ganas no les faltan.
Desde luego es de agradecer que después de años de sequía de risas literarias, Salva Alemany se haya atrevido a publicar una comedia. Dejaros arrastrar por él y divertíos con este grupo de marginados.
Autor: Salva Alemany
Género: Novela urbana
Año: 2019
ISBN: 978-84-120913-3-5
Páginas: 178
Formato: Tapa blanda
Tamaño: 15x21 cm
Hola!!
ResponderEliminarGracias por la recomendación.
Besos💋💋💋
Gracias a tí por pasarte... Besos!
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