viernes, 25 de octubre de 2019

Antes mueren los que no aman, de Inés Plana. Retrato de todo lo despreciable y abyecto que puede haber en el ser humano

Maya Velasco. Antes mueren los que no aman es la segunda novela de Inés Plana. La primera, Morir no es lo que más duele, tuvo un éxito excepcional y en esta se continúan las tramas que quedaron abiertas.

Estamos en el año 2009, en plena crisis económica y en plenas Navidades. Una mujer discute con una funcionaria de la Seguridad Social y la empuja, con tan mala suerte que resulta decapitada por el cristal de un escaparate. Así arranca. El Teniente de la guardia civil Tresser es el encargado de cubrir esta investigación. Sin embargo, según pasan las páginas comprobamos que nada más lejos de la realidad. Tresser está buscando a una niña. La historia transcurre en un pueblo de la sierra madrileña, Uvés. Cada vez son más las novelas del género negro que transcurren en el medio rural y cuyos investigadores pertenecen a las fuerzas del Estado.

La historia de la funcionaria transcurre en un pueblo gallego donde Coira, uno de los ayudantes de Tresser, pasa sus vacaciones. Esta parte es también muy triste, tanto por los escenarios gallegos, lluviosos como por los sentimientos de Coira que se siente absolutamente desubicado de su familia, muy solo, incluso rechazado por ser Guardia Civil.

Inés Plana además de afrontar este tema de la Guardia Civil, hace de la crisis económica un nuevo personaje reflejado sobre todo en la inevitable ansiedad que se detecta en los personajes, cómo afectó a diferentes personas en diferentes situaciones. El tráfico de drogas las mafias gallegas, las mafias que trafican con niñas… pero a pesar de todo esto, el lector no puede evitar quedar enganchado de la historia de Luba. Luba es una niña a la que los “hombres-pájaro” (como ella les llama) prostituyeron siendo muy pequeña. Ha sufrido vejaciones, violaciones, palizas que casi la llevaron a la muerte, hambre… Y cuando logra escapar de sus verdugos, solo le pasan calamidades. Tresser la lleva esperando y buscando años. Tiene su casa preparada para la niña. El tema de la novela es realmente la historia de una niña perdida en los abismos más terribles de la humanidad.

“Había desarrollado tal tolerancia al alcohol que nunca se emborrachaba, pero sí se anestesiaba lo suficiente como para soportar a los individuos que la visitaban uno tras otro en el dormitorio desde el atardecer hasta el amanecer. Había pasado su corta vida a merced de lo que los hombres quisieran hacer con ella”. 

No es solo la imagen de una mujer degrada al máximo, se trata además de una menor. La historia de Luba representa todo lo despreciable y abyecto que puede haber en el ser humano. Y lo peor es que se considera culpable de todo lo que la ha pasado.

El resto de tramas están ahí, bien escritas, bien enlazadas con la historia principal. Una actriz que enreda a su mejor amiga para hacer desaparecer un cadáver, Águila, el despreciable ser que persigue a Luba para matarla mientras pega a su mujer e ignora a sus hijas, Una jueza, una historia de amor, toda una galería de personajes más o menos desgraciados.

Los personajes están apenas perfilados, definidos más por sus actos que por las descripciones de la autora. Tresser un hombre bueno, solitario. Lua rubia, menuda, lista. Cada personaje lleva detrás una carga propia: una mala relación con sus padres, un hermano asesinado por ETA, una esposa que acaba de fallecer… son muchas las tramas que aquí se entrecruzan. Todos tienen su propio drama. En Antes muere quien no ama cada personaje tiene un sufrimiento propio.

La prosa es rápida y la novela tiene una estructura que intercala el presenta con fragmentos del pasado y tiene un final abierto con varios cabos sueltos que habrá que solucionar en la próxima entrega. Es un cierre un tanto abrupto que nos deja a la espera de la entrega.

viernes, 18 de octubre de 2019

Tiempo de ratas, de Marc Moreno. Una fotografía de un barrio sin oxígeno




Cuando terminas una novela y te queda en la boca un regusto amargo, suele ser una buena novela. Esto pasa con Tiempo de ratas, de Marc Moreno, una fotografía de un barrio sin apenas oxígeno.

Marc Moreno ganó el VIII premio Crims de Tinta con Tiempo de ratas segundo título de la interesantísima colección Marrajo de la Editorial Milenio.

Eloy es un tipo sin demasiadas luces, un superviviente del barrio de la Verneda en Barcelona que pasa la mayor parte del tiempo con sus colegas el Charly y el Mentiendes bebiendo y drogándose, siempre que se puede, claro. Cuando su vecino, conocido traficante del barrio, le ¿pide? que le guarde una mochila con 8 kgs de coca hasta nuevo aviso, Eloy sabe que su vida va a cambiar, y en el barrio nada cambia a mejor.

Tiempo de ratas es el retrato de la sociedad que ninguno de nosotros quiere ver. Familias desestructuradas que sobreviven a duras penas entre adicciones, malos tratos, desesperanza y resignación.

Eloy y sus amigos se dejan llevar y van improvisando ante los problemas. Después de pasar un tiempecito cogiendo de la mochila algún gramo para pasar la tarde Eloy se da cuenta de que en el barrio llamar la atención suele terminar en tragedia. La familia gitana que manda en el negocio de la droga del barrio se mosquea con él, los Mossos que sacaban tajada del menudeo del vecino se mosquean con él, sus propios amigos se mosquean cuando Eloy cierra el grifo y no nos olvidemos del vecino, que va a volver algún día a reclamar la mochila y se va a mosquear con él. 

Tiempo de ratas es dura, no hay personajes de cuentos de hadas. Todos los personajes que pululan por el barrio son gente despreciable, pero las circunstancias que les llevan al desastre son las que son y no tienen interés alguno en buscar circunstancias mejores. Ellos son Eloy, el Charly, el Mentiendes, la Jessi, la madre de Eloy, el padre de Eloy, el padre del Mentiendes y la mochila, un personaje que provoca una convulsión en el barrio, que se mueve de manera esquiva por toda la historia y que contribuye con indiferencia a crear una atmósfera de violencia, corrupción, miedo e inseguridad. Todos ellos nos recuerdan que si naciste pa martillo, te sale un vecino narco…

Marc Moreno no describe a la clase trabajadora con la idealización de Dickens. Los personajes de Tiempo de ratas son ratas, pero es que los que viven en las cloacas no pueden convertirse en mariposas. Los diálogos reproducen fielmente la jerga del  barrio, sin florituras pero de manera certera. La poca capacidad de elección que tienen los personajes de Tiempo de Ratas es el mismo que encontrábamos en las novelas de Zola y es el mismo que encontramos en las novelas de autores como Paco Gómez Escribano que retrata también el barrio de Canillejas de Madrid lleno de personajes también empujados al desastre, en junio ya os recomendé Prohibido fijar cárteles publicada en la misma colección de la Editorial Milenio. 

Así que os la recomiendo sin duda. Tiempo de ratas en una novela genuinamente negra que os va a dejar un regusto amargo, y ya os he dicho que esa es una muy buena señal. No os la perdáis, nens

Editor: Milenio
Fecha de lanzamiento: febrero 2018
EAN: 978-8497438056
ISBN: 9788497438056
Número de Páginas: 232

viernes, 11 de octubre de 2019

Una bala con mi nombre, de Susana Rodríguez Lezaun. Un homenaje a los clásicos

 Susana Rodríguez Lezaun cambia el paisaje navarro de sus anteriores novelas por las gélidas y oscuras calles de Boston publicando Una bala con  mi nombre, novela con tintes clásicos y con personajes más clásicos aún.

Zoe Bennett, restauradora del Museo de Bellas Artes de Boston, vive tranquila disfrutando de una vida anodina. Le gusta su trabajo, no tiene problemas económicos y la soledad parece ser una ventaja. En una cena conoce a un joven camarero, Noah, que provoca que los pilares de su vida tiemblen. Una tarde, cuando el museo ha cerrado sus puertas, lleva a Noah a conocer sus entresijos y a visitar una exposición de joyas que se expone en ese momento. A partir de ahí Zoe entra en una espiral en la que se cruza con ladrones, mafiosos, policías corruptos y disparos de fuego amigo.

La trama de Una bala con mi nombre gira completamente alrededor de la protagonista. Narrada en primera persona, el lector va conociendo de primera mano, cómo una mujer convencional que, al principio, llega a resultar antipática a veces, se ve empujada a sacudirse el polvo y bajar a tropezones a los oscuros barros del hampa. Zoe, a causa de una niñez difícil, no deja que nadie entre en su vida, pero una vez que un joven guapo, detallista y sexualmente aventajado abre la caja de Pandora se desata la tragedia. Una mujer que solo tiene relación consigo misma se ve de pronto rodeada de lo mejor de cada casa.

Pero Susana Rodríguez Lezaun consigue que al  lector no le chirríe la evolución que sufre la protagonista. Desde el momento en el que Zoe se da cuenta de que hay personas a las que su muerte beneficiaría se da cuenta de la situación en la que se encuentra y toma, por primera vez, las riendas de su vida.

Una bala con  mi nombre es una novela rápida, muy rápida, el lector no puede ni siquiera quejarse de la rapidez para no perder detalle. Los personajes cambian en cuestión de páginas, un aliado se convierte en el peor enemigo y un enemigo, bueno, esos no se pasa al lado del bien.

La historia comienza “in media res”. Nada más empezar el libro nos encontramos en medio de una persecución a través de Massachusetts dentro de un coche que cae al agua y sin saber cómo hemos llegado a este punto, pero en seguida vamos a descubrir cuáles son las circunstancias que nos han traído hasta aquí, pero el frío no se nos va a pasar.

Susana Fernández Lezaun nos cuenta una historia que no va a dejar indiferente a nadie: policías, ladrones, persecuciones, pistolas, asesinatos, sexo, traiciones y frío, mucho frío. No os la perdáis que esta es de las buenas…

Nº de páginas: 304
Editorial: HARPERCOLLINS
Idioma: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788491393894
Año de edición: 2019

viernes, 4 de octubre de 2019

La danza de los tulipanes, de Ibon Martín. Violencia de género y redes sociales

Maya Velasco. La danza de los tulipanes de Ibon Martín es un thriller rápido, bien estructurado con una trama absolutamente impactante.

Hace unos años descubrí la novela negra vasca y desde entonces no me pierdo una. Las características principales de esta novela vasca son los ertzainas como protagonistas (cada vez más, las fuerzas del Estado son las protagonistas de la novela negra), agentes muy preparados, inteligentes y resueltos, y una especial importancia al espectacular paisaje del País Vasco. Es la primera novela que leo de Ibon Martín pero no será la última.

Natalia Etxano la periodista estrella, la conductora del programa matinal líder de audiencia en Gernika y sus alrededores, atada a una silla en una vía con un precioso tulipán rojo en las manos, es atropellada por un tren que conduce su propio marido. Toda la escena ha sido retransmitida en directo por Facebook. A partir de este momento, presenciaremos una loca carrera de asesinatos de mujeres sin aparente relación entre ellas con la macabra presencia de unos tulipanes imposibles en esta época del año. En este caso, comienza su andadura la Unidad especial de homicidios de impacto, agentes especializados en la resolución de crímenes múltiples o de fuerte repercusión mediática dirigidos por Ane Cestero. Ane viene de Gernika, es bastante impulsiva, toca la batería y tiene detrás una historia que contarnos. A menudo se ve rodeada de unos compañeros machistas que no admiten que una mujer dirija el grupo. Julia y Raúl, Txema y la psicóloga Silvia, completan este grupo.

La obra está contada por un narrador omnisciente, salvo los fragmentos que nos cuenta en primera persona el asesino, del que solo sabemos que es un hombre que no recibió ningún amor en su infancia. Es metódico, frío, calculador, y no va a parar hasta completar lo que él llama su obra. Cultiva tulipanes para colocarlos junto a cada víctima. Hay un gran simbolismo en este detalle, pues el tulipán representa un amor o amistad traicionados. “Estaríamos ante un asesino que aprecia el valor estético y a la vez simbólico de su firma”

Los dos focos en los que hay que detenerse en La danza de los tulipanes son, la violencia de género y la repercusión mediática que alcanzan hoy en día los sucesos y el papel que juegan las redes sociales. Ibon Martín pone de manifiesto una de las lacras de nuestra sociedad, la violencia de género, cada vez más frecuente en nuestro entorno. Las inexplicables palizas y humillaciones que cada día reciben más mujeres, indefensas y que casi nunca denuncian la situación. El sufrimiento diario de unos hijos que sufren unas heridas morales que les lastimarán toda la vida. La culpa que tenemos todos los que les rodeamos y nos hacemos los ciegos y los sordos.

En este caso, como en tantos, la televisión, la radio y las redes sociales, tienen un papel primordial. Los agentes se sienten presionados por unos medios que les azuzan, por un público morboso hasta el infinito que les acusa de no hacer nada y por un asesino que retransmite constantemente sus crímenes.

La danza de los tulipanes me ha sorprendido gratamente y espero que sea el comienzo de una saga con Ane Cestero dirigiendo este grupo.

 “Los tulipanes representan la organización, son flores que dejan poco al azar”

Editor: Plaza & janes
Fecha de lanzamiento: septiembre 2019
Colección: Éxitos
EAN: 978-8401022715
ISBN: 9788401022715
Número de Páginas: 400

martes, 1 de octubre de 2019

Karroña, de Gonzalo Palacios Goikolea. La novela negra se tiñe de verde

La novela negra ha sido tradicionalmente urbana. Las grandes ciudades tienen sitio para esconder a todo tipo de criminales y todo tipo de delitos, pero últimamente, no sé si por tendencia, estoy leyendo muchas novelas que sitúan sus asesinatos en entornos rurales. Karroña, primera novela de Gonzalo Palacios Goikolea, es una de ellas.

Pedro es un joven guía ornitológico que enseña las maravillas naturales del Cañón del Río Lobos. La paz, el canto de las aves y el olor de la vegetación desaparecen cuando en una de sus visitas encuentra el cadáver de una mujer en una de las cuevas del parque soriano. A partir de ahí la vida de Pedro cambia radicalmente y se entrega en cuerpo y alma a la búsqueda de un asesino más peligroso de lo que él se piensa descubriendo por el camino una trama de trata internacional de mujeres y una trama de corrupción autóctona.

Karroña está narrada en primera persona por su protagonista, Pedro. A través de este joven idealista conoceremos los trapos sucios que esconde una población que a simple vista puede parecer aburrida y monótona. Gracias a la ayuda de una joven ecologista, que tomará el relevo de la narración en los momentos más peligrosos para Pedro, nos plantearemos que la corrupción no solo campa a sus anchas en las grandes ciudades.

 Además de la corrupción inmobiliaria existe una corrupción que ataca directamente a nuestras reservas naturales. Los bosques, los árboles y los pájaros, están viendo cómo se reduce su territorio en manos de la especulación. El asesinato de la joven brasileña hace que dos peligrosas redes se unan en una pequeña población en la que nada es lo que parece.

Gonzalo Palacios Goikolea demuestra ser un escritor preocupado por los problemas que actualmente inquietan a la sociedad global y todos ellos confluyen en Karroña. Con un estilo sencillo Karroña aborda la corrupción, la trata de mujeres, la violencia de género, el terrible futuro de los niños que viven en las fabelas y todo ello desemboca en una serie de asesinatos en un entorno maravilloso.

De la mano de Gonzalo Palacios Goikolea la novela negra se tiñe de verde: aves, montañas y el verde Brasil se unen alrededor de una mujer asesinada que solo quería encontrar un mundo mejor.
Ha sido un placer conocer a este escritor, Gonzalo Palacios Goikolea, que creo tendrá un largo recorrido y, por cierto, el 0,7% de los ingresos que obtenga por la venta del libro irá destinado a la ONG Rúa da Vida, que realiza proyectos de ayuda al desarrollo en Brasil y Guatemala.