Juan Castillo aprendió todo lo que sabe con el Vaquilla (alegre bandolero) y su banda. Después de salir de la cárcel y portarse como un caballero durante unos años muy largos le dicen que le queda poco de vida. Ahora sí que no tiene nada que perder, por lo que decide dar un golpe de los buenos para irse al otro mundo por la puerta grande.
El robo de un banco el día preciso le permitirá disfrutar de sus últimos meses como él merece. Así que se pone manos a la obra. Pero no sabe que en los tiempos que corren, los del pelotazo, los grandes tiburones, no se lo van a poner fácil.
Lo que en principio parece la historia de un atraco perpetrado por unos perdedores, acaba convirtiéndose en una denuncia contra toda la gente que consigue dinero fácil. Políticos corruptos, ladrones de tres al cuarto, empleados asqueados, policías corruptos, todos se juntan dentro y fuera de una pequeña sucursal bancaria que prometía ser la solución de todos los problemas
Dinero fácil está narrado desde el punto de vista de los personajes. No hay solo un narrador, el lector es capaz de ver desde varios puntos diferentes lo que está ocurriendo. Por ello, el protagonista de la novela poco a poco va cediendo el protagonismo a otros personajes que en principio parecen del todo prescindibles. Todos los personajes evolucionan hasta llegar a un final totalmente sorprendente.
Juan B. Fernández nos proporciona al principio de cada capítulo la banda sonora para Dinero fácil, banda sonora que solo podría estar compuesta por canciones de los Chichos y de los Chunguitos. La primera pista es el nombre del protagonista, Juan Castillo, protagonista también de una de las canciones de los Chichos.
Esta es la historia de Juan Castillo
Con el chivato que fue a pucabar
De un bucharno le quitaron la vida
Y así los cuatro pudieron najar
Pero para descubrir si con Dinero fácil ganan los perdedores o los eternos triunfadores, no os queda más remedio que leerla.
Hola.
ResponderEliminarEn esta ocasión no me animo ya que no termina de convencerme del todo.
Un saludo y gracias por la reseña.