viernes, 31 de mayo de 2019

No digas nada, de Jon Arretxe. Bienvenidos al paraíso rural



Después de llevarnos de fiesta a Basauri en la Banda de Arruti , Jon Arretxe hace un guiño al “rural noir” y presenta No digas nada, una novela negra ambientada en el frondoso pirineo navarro.

Touré, detective, vidente, cantante y gigoló africano, se traslada, harto de los problemas que tiene en el barrio bilbaíno de San Francisco, a un pueblo del pirineo navarro buscando una vida tranquila. Trabaja como pastor a cambio de un colchón de lana y algún euro de vez en cuando. Como el emigrante es un superviviente nato, aprende a coger cangrejos en el río y setas en el monte, manjares que degusta con su amigo Adama en la gasolinera del pueblo. Sin embargo la vida en este pueblo no es tan tranquila como parece. Las rencillas entre los vecinos, la envidia y los bulos campan a sus anchas. Cuando uno de los vecinos encarga a Touré que descubra quién le ha cortado la cabeza a su burro con una  motosierra, el detective no sospecha que este aparentemente sencillo encargo va a alterar su vida en el paraíso y la vida de todos los que le rodean.

Como si se tratara de una película de Alex de la Iglesia, la historia va acelerándose a ritmo de los Muse hasta un final enloquecido que llena la noche navarra de ruidos horripilantes. El ambiente pastoril que esperábamos encontrar en Orbe, el pueblo imaginario al que se ha trasladado Touré, es aniquilado rápidamente por motosierras, palas, todoterrenos y heavy metal.

viernes, 24 de mayo de 2019

Hijos de Berlín, de Genís Marfá. Un asesinato que une dos guerras

¿Qué relación pueden tener la Alemania de los años 30 en pleno ascenso de Hitler con la Barcelona franquista de 1962? En Hijos de Berlín, la primera novela de Genís Marfá, dos mujeres, Amelia y Antonia, están unidas a pesar de que las separan 30 años y dos guerras.
La historia comienza con el asesinato de una joven de buena familia que aparece muerta en su habitación en posición virginal. El padre de Amelia le pide al inspector Castro que encuentre al asesino y se lo entregue.
Mientras descubrimos los secretos que Amelia y su familia esconden Hijos de Berlín nos presenta a Antonia, una trabajadora de la Embajada de Italia en Berlín que, casi sin querer, se ve envuelta en un mundo de espías que utilizan a las mujeres sin sospechar que ellas se dejan utilizar para conseguir alguna información que les permita desbaratar el ascenso de Hitler al poder.

viernes, 17 de mayo de 2019

La casa alemana, de Annette Hesse. Nunca hay que olvidar


La casa alemana de Annette Hesse (periodista y guionista) no es solo una novela sobre los campos de exterminio nazis ya que nos aporta una visión desde el punto de vista de la población alemana de a pie. Además transcurre en Frankfurt en 1963, muchos años después del genocidio. Qué pueden contarnos de nuevo en la década de los 60 que no se supiera ya?. Pues lo más importante de la novela: nos revela cómo el pueblo alemán hizo borrón y cuenta nueva. Tras la segunda Guerra Mundial, se decidió no volver a hablar del tema. Los ciudadanos alemanes declaraban no saber nada de lo que había pasado y lo que es peor, decían que era imposible que hubiera muerto tanta gente, imposible que se hubiera usado semejante cantidad de Zyclon B, imposible que las atrocidades que les achacaban a personas que siguieron viviendo tranquilos entre ellos fueran verdad. El comportamiento de los padres de Eva es el comportamiento de la mayoría del pueblo alemán: Olvidémoslo, no hablemos de ello, aquello no pasó.

“Este proceso no es más que una farsa para tranquilizar vuestra conciencia”

Pero Eva, que a pesar de la oposición de todos, se convierte en traductora en el primer juicio de Auschwitz y comenzará a enterarse al traducir los testimonios de los judíos, empezará a enterarse asombrada de la verdadera historia del holocausto. Cada vez se siente peor, cada vez se siente más alejada de todos los que le rodean y de los que niegan lo que pasó.

Pero quizás lo más sobresaliente de la novela, es el sentimiento de culpabilidad que aflora tanto en alemanes como en judíos. Al lado de los que no quieren saber nada, surgen personas como Eva que se sienten culpables de todos los horrores que se hicieron a las víctimas aún cuando ella no tuviera nada que ver directamente. Y a la vez, el de los judíos que se sienten culpables de haber sobrevivido a sus familias. Este sentimiento les hace en muchas ocasiones convertirse en testigos del juicio pero también les empuja a la autodestrucción.

No hay que olvidar a los personajes nazis acusados y sus esposas, orgullosos, soberbios, no admiten nada de lo que hicieron, se sienten superiores, sienten que nada les puede pasar. Al final, las penas resultantes del juicio fueron bastante leves para la gravedad de los cargos. Los culpables son médicos, carniceros, tejedores, ordenanzas, dentistas…

La historia del juicio transcurre en paralelo con la de la familia Buhns. Por una parte el matrimonio que se mata a trabajar en su restaurante “La casa alemana”, gente buena y cariñosa con sus hijos. La de hija mayor, enfermera, un personaje un tanto extraño. El simpático hermano pequeño y el perro de la familia. Y claro, la historia de nuestra protagonista, Eva, traductora y cuyo mayor deseo en casarse con su rico y guapo novio Jurgen.

La casa alemana también pone de manifiesto la situación de las mujeres alemanas en los años 60, que al igual que en España, todavía necesitaban permiso de sus maridos para trabajar. Eva demuestra también en este tema una fuerza y una decisión extraordinarias, sigue su instinto y su voluntad a pesar de todos los demás.

Cualquier lector detecta desde el principio que hay algo oculto, algo que se nos tiene que desvelar tarde o temprano. Lo que puedo decir es que el final todas las tramas se van cerrando, todas las historias tienen su por qué. El final, me hizo conmoverme aún más que el juicio.

Nº de páginas: 464
Editorial: PLANETA
Idioma: CASTELLANO
Encuadernación:Tapa blanda
ISBN: 9788408206767
Año de edición: 2019
Plaza de edición: BARCELONA

viernes, 10 de mayo de 2019

Cazaré al monstruo por ti, de Manuel Marlasca. La complicada caza del pederasta de Ciudad Lineal


Cazaré al monstruo por ti es el relato de la búsqueda y detención del monstruo que en el año 2004 mantuvo en vilo a Madrid, a toda España, la caza de Antonio Ortiz, el pederasta de Ciudad Lineal. Manuel Marlasca hace una detallada descripción de cómo un grupo de policías lograron encontrar a un hombre que secuestraba, drogaba y agredía sexualmente niñas de entre 5 y 10 años.

Los policías de la Operación Candy y las víctimas de este monstruo son los protagonistas de la segunda entrega de Sin ficción, la colección dirigida por Marta Robles, publicada por Al revés que comenzó con la novela de Alfonso Egea 29 balas y una nota de amor. Una colección en la que se relatan crímenes reales con asesinos y víctimas reales.

viernes, 3 de mayo de 2019

La red púrpura, de Carmen Mola. Otra sobrecogedora historia


Elena Blanco es la protagonista de esta novela, La red púrpura de Carmen Mola, cuya trama transcurre alrededor de las grabaciones que circulan por la red con torturas, abuso de menores, peleas e incluso asesinatos. 

La historia comienza cuando el equipo investigador cree haber descubierto el ordenador desde el que se transmiten los vídeos. Entran a la fuerza en un chalet de la sierra madrileña donde un adolescente está viendo las turbadoras escenas. La desaparición y la muerte de dos de las jóvenes torturadas les hace ir avanzando.

Este tipo de grabaciones se llaman “snuff movies” y se dedican posteriormente a comercializarse. En muchas ocasiones se afirma que solo son una leyenda urbana y que las que se comercializan son recreaciones de crímenes con efectos especiales, pero no auténticos asesinatos, sin embargo en La Red Púrpura las apuestas por peleas a muerte entre niños se rastrean hasta la guerra civil española.

Carmen Mola, en esta ocasión, hace que los personajes sean prácticamente inexistentes. Todo gira alrededor de Elena. Para empezar solo ella sabe que su hijo Lucas, al que secuestraron hace años, ha sido introducido en la propia Red Púrpura. No vemos a una jefa que coordina y dirige un equipo, vemos a una madre desquiciada por encontrar a su hijo. Desbordada, tirana, irritable… en el fondo no sabe qué pasaría si encontrara a Lucas: ¿Podría volver a ser un adolescente normal? ¿Dejaría de ser un asesino? ¿Podría ella perdonarle? De esta manera el resto del equipo, al parecer los mejores en lo suyo, forma a veces una amalgama de personajes poco diferenciados, poco trabajados.

La Red Púrpura trata de poner de relieve dos temas. El primero es la denuncia de las tramas ilegales de corrupción de menores, pues nos cuenta cómo hay grupos que van recogiendo chavales que se han ido de sus casas para dedicarles a la prostitución o las peleas. Para ir más lejos, trata también de la corrupción política y policial respecto a estos temas. Y el segundo tema es la relación de padres e hijos, no solo en el caso de Elena, sino también entre Mar y Aurora, los padres del primer detenido y él o el caso del Marqués. Y en el fondo de todo siempre latente la pregunta:¿Qué están dispuestos a perdonar los hijos y qué están dispuestos a perdonar los padres?

El camino de no retorno que sigue Elena Blanco es el de un Madrid que parte de la Plaza Mayor para ir recorriendo el Madrid de las drogas, las chabolas, las timbas de juego ilegal,  con fantasmas que pasean por allí esperando un poco de veneno que le ayude a olvidar su vida.

Aunque muchos dicen que no alcanza la brillantez de su primera obra, La novia gitana, en La Red Púrpura Carmen Mola nos ofrece esta novela de lectura rápida e intrigante y es muchos momentos, sobrecogedora.