Todo comenzó cuando el autor vio en la guardería de su hijo, niños haciendo muñecos de castañas y la imagen la pareció absolutamente siniestra. Él quería probar a escribir un thriller, él solo, sin todo el equipo que suele rodearle en las series.
Partimos de una historia principal, como un camino recto con múltiples bifurcaciones. A cada paso, cada vez que creen haber encontrado al asesino, surge una historia igualmente estremecedora. Las hay de abuso a menores, de enfermos con trastornos sexuales que se excitan viendo fotos de mujeres muertas…
La acción transcurre en Dinamarca, Copenhague, donde aparece muerta una mujer con una mano cortada y golpeada violentamente. A su lado, un muñeco de castañas. Nada hay que ayude a la policía en la investigación del caso.
La pareja que investigará el asesinato es de lo más peculiar. Thulin, una mujer independiente, fuerte, acusada de ser adicta al trabajo y Hess un compañero que aparece rebotado de La Europol de La Haya y al que todos tildan de inútil. Al principio Hess da la sensación de que no quiere saber nada del caso y de que solo le importa volver a La Haya. Por eso, Thulin no cuenta con él. Pero poco a poco va dejando caer ideas quizás descabelladas pero que tienen sentido. Parece que nadie quiere que tenga razón.
La familia Hartung, un matrimonio y un hijo que aún no han superado la muerte de su hija, sobre todo porque aunque se detuvo al culpable, el cuerpo no se encontró nunca. Linu B se declaró culpable pero dijo no recordar qué había pasado o dónde enterró los trozos de la niña. La madre es la Ministra de Asuntos Sociales que vuelve al trabajo después de un año de baja.
Las cosas se complican cuando una segunda mujer aparece muerta con las dos manos cortadas y con otro hombrecillo de castañas. Pero en la castaña aparece la huella de Khristine Hartung. ¿Qué tiene que ver la niña con los asesinatos de estas mujeres?
Un tercer cadáver de una mujer hace que salten todas las alarmas. Lo único que tienen en común las tres mujeres es que tienen hijos. Pero ¿Por qué las castañas? ¿Por qué la huella de la niña en cada muñeco? Y sobre todo ¿cómo parar la escalada de mujeres asesinadas? ¿Cuál es el motivo del asesino?
Desde siempre me ha apasionado el Nordic noir, me gusta el ambiente frío que despide, tanto climatológicamente hablando como en el carácter de sus personajes. Pero si una cosa es común a todas estas novelas es la denuncia social y del sistema. En El caso Hartung la denuncia es claramente hacia los padres que no cuidan adecuadamente de sus hijos y al Estado que no sabe detectar estos casos ni ayudar a estos niños desamparados, abandonados a su suerte a veces con las peores familias de acogida que uno pueda imaginar.
Esta es una de esas novelas, que aparecen en nuestras manos de vez en cuando, que hacen que desees que llegue la hora de comer, no por hambre, sino para leer con avidez el siguiente capítulo. Además, aunque el caso queda totalmente cerrado, las historias personales de Thulin y Hess dan lugar a un segundo libro. No podéis dejar de leerlo.
Hola.
ResponderEliminarNo conocía el libro pero tiene muy buena pinta. Me lo anoto para futuras lecturas.
Un saludo.
Es otro caso de joven desaparecida, pero la trama es inquietante sobre todo por los muñequitos de castañas. Es una crítica feroz hacia el sistema de protección de menores.
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