La casa de la Ciénaga es el lugar donde se destierra a los espías británicos caídos en desgracia. Al gobierno no le interesa que las personas que conocen los secretos del Estado se vayan de la lengua, así que, si olvidan documentos en un tren, se despistan por su afición a la bebida o cualquier otra situación parecida, empezarán a formar parte del club de los caballos lentos y el responsable, Jason Lamb, procurará que sepan que no van a volver jamás a la primera línea.
River Cartwright, a pesar de su rancio abolengo (su abuelo fue una institución en el Servicio Secreto inglés) es enviado a la ciénaga después de un simulacro de atentado terrorista un tanto patético y se dedica a transcribir conversaciones telefónicas hasta que descubren en internet a unos secuestradores que amenazan con decapitar a un joven en directo. River y sus compañeros ven la oportunidad de salir de la ciénaga.
Caballos lentos comienza con un ritmo pausado. Herron nos presenta a los protagonistas y los define mediante conversaciones y pensamientos que permiten al lector conocer los errores que les empujó a ese destierro. La Ciénaga está dirigida por Jason Lamb, un personaje que merece una mención especial. De él apenas vamos a conocer nada, no sabemos que pecado cometió para ser enviado a este lúgubre lugar pero sí que acabaremos descubriendo que debajo de esa apariencia sucia y flatulenta se esconde un espía al que no le van a temblar sus grasientas manos para conseguir sus objetivos.
Una vez presentados los personajes el ritmo de la novela se dispara, no os esperéis tampoco la velocidad y el glamour de las novelas del famoso espía británico Bond, James Bond, ni tampoco las mujeres explosivas que lucharán contra él, ni los paisajes exóticos en los que se enfrenta al mal. En Caballos lentos los espías no representan la flema británica sino la cara más oscura de los servicios secretos. Un lugar donde rige la ley de sálvese quien pueda y donde no se duda en pisotear a un compañero para salvar el pellejo.
Últimamente estamos disfrutando de muchas novelas de espías (Gorrión Rojo, de Jason Matthews, Todo lo mejor, de César Pérez Gellida) sus seguidores están de enhorabuena, pero Caballos lentos, además de la trama de suspense, nos presenta un mundo de perdedores que, personalmente, me parece muy atractivo. Así que estoy yo también de suerte ya que Mick Herron ha escrito cinco novelas de la saga que próximamente serán publicadas en España. God save the Queen!
Hola!!
ResponderEliminarGracias por las recomendación, se ve muy interesante. Lo apúnto para leerlo.
Besos💋💋💋
Te gustará!
ResponderEliminarUn beso
Hola.
ResponderEliminarHace mucho que no leo una novela de espías, creo que la última fue El sastre de Panamá de John Le Carré, así que me la llevo anotada.
Un saludo y gracias por la reseña.
Luego me cuentas si te gusta!
ResponderEliminarMe encantó Gorrión rojo y el de César Pérez Gellida lo tengo esperándome y me encanta que vuelva este género. Ya era hora. Me quedo con el título. Buena reseña.
ResponderEliminarSaludos!
Mil gracias!
Eliminar