Un martes de mayo, a los treinta y cinco años de edad, Rachel mató a su marido de un disparo
Rachel Childs es una periodista que va camino de convertirse en la triunfadora de una de las cadenas más importantes de la televisión. Al ser enviada como reportera a Haití después de un terremoto, comprende que con este reportaje puede llegar a la cima de su carrera. Sin embargo, la situación de devastación y violencia que encuentra le impacta tanto que sufre en pleno directo una crisis nerviosa. A partir de ese momento se encierra en su casa hasta que se casa con Brian, un hombre en apariencia perfecto que le ayudará a salir al mundo real.
La primera parte de Después de la caída nos presenta el pasado de Rachel, un pasado en el que predominan las despedidas y las ausencias. Su infancia se desarrolla con una madre autoritaria que se niega a decirle el nombre de su padre. Cuando esta muere, Rachel contrata a un detective que no quiere engañarla y que reconoce que no la puede ayudar teniendo sólo un nombre de pila y que le recomienda no acudir a otros detectives con menos escrúpulos que él.
En la segunda parte ya nos encontramos con el ritmo veloz del thriller. Nada en la vida de la protagonista es lo que parece y su agorafobia y sus miedos la limitan terriblemente.
Después de la caída nos recuerda a las películas de Hitchcock. Tras una escena tan impactante como la de una mujer disparando a su marido en un yate en la bahía de Boston, nos encontramos con los recuerdos de una joven solitaria en busca de un padre idealizado y en busca de sí misma. No reconocemos en este personaje a una asesina, pero tenemos constancia de que lo es. Una casualidad en su vida, un segundo, hace que esta mujer de apariencia frágil salga a la lluviosa noche de Boston soltando sus miedos por el camino. Como en una película de Hitchcock un encuentro casual provoca que toda la trama sufra un giro brutal y no puedas parar de leer. Como en una película de Hitchcock toda la historia se desarrolla alrededor de un personaje femenino, una mujer se encuentra en una situación límite de la que debe salir, sola, a pesar de tener problemas psicológicos que la limitan y que, además, provocan que nadie la crea.
Quizás no es la mejor novela de Dehane, quien haya leído Mystic River no podrá evitar las odiosas comparaciones y tal vez nos recuerde demasiado a un “domestic noir” británico, pero Después de la caída no deja de ser una novela que hace que entres en un laberinto de verdades y mentiras del que no saldrás hasta llegar al desenlace. Un libro lluvioso que es una suma de fotogramas en blanco y negro.