viernes, 3 de agosto de 2018

La desaparición de Stephanie Mailer, de Joël Dicker. La larga sombra del pasado


Maya velasco

“Siete de la mañana. Amanecía en Orphea. Nadie había dormido en toda la noche. El centro de la
ciudad se encontraba asolado. La calle principal seguía acordonada, abarrotada aún de vehículos de emergencia, llena de policías que la recorrían y sembrada de montones de objetos de todo tipo que la multitud había dejado abandonados durante el tremendo pánico que sobrevino tras los disparos en el Gran Teatro”

Después de su fulgurante éxito con La verdad sobre el caso Harry Quebert y  El libro de los Baltimore que, sin llegar a la grandeza del primero fue una novela bien contada y con una intriga bien construida, Joel Dicker nos ofrece La desaparición de Stephanie Mailer. En esta novela, Dicker nos demuestra que sigue siendo genial pero también más maduro en su escritura.

Como en sus anteriores obras, la historia se desarrolla en un pueblo de Estados Unidos. Como en sus anteriores obras, la historia baila entre un suceso del pasado y sus consecuencias en el presente.

Todo comienza cuando Jesse Rosenberg policía de Orphea, que está a punto de retirarse, se encuentra con una periodista, Stephanie Mailer, que le reprocha haber fallado en la resolución de un cuádruple asesinato acaecido en 1994. Estamos en 2014 y la clave de esta historia es la frase de la periodista antes de desaparecer: “Tenía la respuesta ante sus ojos, capitán Rosenberg. Sencillamente no la vio”. En 1994 se inauguró el Festival de Orphea y cuando todo el pueblo estaba en la fiesta, un desconocido asesina al alcalde, su esposa, su hijo y una joven que hacía ejercicio. Jesse y su compañero Derek Scott trabajaron incansablemente en la investigación del caso hasta resolverlo. O no. Ahora días antes de la inauguración del XXI Festival de Orphea tendrán que volver a revisar todo aquello que pueda ayudarles a saber la verdad a la vez que buscan a Stephanie, que desaparece al día siguiente de hablar con Jesse. Su mayor ayuda será la policía Anna Kanner, nuestra tercera protagonista, que nos transmite frescura y es quien a menudo, dará con pistas nuevas y aportará soluciones. Se acaba de divorciar y ha venido de Nueva York para cambiar su vida.

Este es un tema que se trata en diferentes momentos de la novela: personas que huyen del bullicio de Nueva York y que buscan en Orphea empezar una vida distinta, más auténtica.

Otra de las intrigas de La desaparición de Stephanie Mailer es qué pasó en la detención del culpable del cuádruple asesinato, aunque sí sabemos que murió en la detención. El suceso se insinúa varias veces, ahora Derek solo se dedica a trabajos administrativos. Y qué pasó ese mismo día con Natasha, el gran amor de Jesse y mejor amiga de Darla, la esposa de Scott.

El final es sorprendente. La solución que se da a las distintas tramas, tiene tintes clásicos a la que no voy a aludir para no estropear la sorpresa.

El autor ha declarado que “todos los personajes de este libro tienen esa necesidad de reparar lo que no hicieron, y conseguirlo es la única manera de seguir viviendo”. Nadie cree que Stephanie haya desaparecido y nadie cree que haya que reabrir el caso, pero sencillamente Jesse no se puede retirar con esa duda. Al final convence a su amigo Derek para que vuelva a las calles y le ayude a resolver los dos casos.

Dicker siempre se centra en sus novelas en la idea de que todo el mundo está relacionado con todo el mundo de alguna manera sutil y que nunca llegamos a conocer a nadie. En La desaparición de Stephanie Mailer hay una serie de subtramas: la política de la ciudad y sus corruptelas, la historia de los policías del pasado y del presente tan relacionados con los asesinatos, la historia de la asesinada en 1994 con la familia del alcalde, la historia de Michael Bird, redactor jefe del periódico local y de su mujer, y la de los Edén cuya hija está desesperada, consume drogas, un crítico literario, un librero…

De repente, sin saber cómo, nos encontramos en la inauguración del Festival y, por unos u otros motivos, vemos a todos estos personajes juntos, formando parte de la obra que se va a representar y de la solución de los asesinatos del pasado y de los que se van produciendo.
Todos creen que en la obra se sabrá el nombre del asesino. La expectación es enorme:

“Si quiere saber mi opinión, Frank, el problema no reside tanto en descubrir lo que va a revelar esa obra, sino en saber lo que oculta”.
Pero a la vez, de alguna manera, todos esperan que la obra cambie sus vidas, aporte algo nuevo o rompa con un pasado desgraciado como es el caso de los Edén.

Sin duda, esta es la novela del verano. Vais a disfrutar de la verdadera intriga, de los continuos altibajos de la investigación, de unos personajes perfectamente dibujados, de historias de amor y de desamor, de la larga sombra del pasado y de la puesta en marcha de una loca obra de teatro.

3 comentarios:

  1. En La desaparición de Stephanie Mailer hay una serie de subtramas: la política de la ciudad y sus corruptelas, la historia de los policías del pasado y del presente tan relacionados con los asesinatos, la historia de la asesinada en 1994 con la familia del alcalde, la historia de Michael Bird, redactor jefe del periódico local y de su mujer, y la de los Edén cuya hija está desesperada, consume drogas, un crítico literario, un librero…
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  2. Tomo nota, tiene buena pinta, y más viniendo del autor de "La verdad sobre el caso Harry Quebert", una de las mejores novelas negras que he leído. Gracias

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