viernes, 10 de agosto de 2018

El primer gran caso de Yaiza Cabrera, de Javier Holmes. Una investigadora ¿clásica?


¨Mi ayudante, Ismael, ha aparecido asesinado en mi despacho. Desnudo y con un vibrador en el ano. Resulta que el dildo era mío y el cuchillo con el que le han cercenado el cuello, también.”

El Primer gran caso de Yaiza Cabrera, escrito por Javier Holmes, se plantea así.

Yaiza Cabrera trabaja en una firma de auditoría de cuentas, trabajo que en principio no parece muy apasionante para una mujer como ella. Nada hace sospechar que mientras audita a un partido de extrema derecha la joven incauta va a verse acusada de asesinato después de descubrir a su ayudante muerto de esta humillante manera. Así, la joven economista, se ve empujada a encontrar al asesino del difunto mientras intenta evitar que el inspector Luis Bárcenas la envíe a la cárcel.

El argumento se desarrolla de manera ágil. Los acontecimientos se amontonan y Yaiza no está acostumbrada a enfrentarse a mafias políticas teniendo a la policía en contra. Pero encuentra un acompañante que le va a servir de escudero, un profesor llamado Melitón que va a ser su contrapunto.

La novela policíaca tiene, casi siempre un halo de solemnidad. No es para menos, el crimen es algo muy serio. Desde los detectives a la resolución del crimen, pasando por los motivos y el modo en el que se produce el asesinato no suelen producir regocijo. No ocurre esto en El primer gran caso de Yaiza Cabrera. En esta novela tanto el crimen como la resolución arrancan sonrisas en el lector. Los personajes son todos, incluida la protagonista, personajes que, de puro tópico, parecen reales. Economistas pudientes y desequilibrados, políticos corruptos, investigadores privados que colaboran con una policía de lo más cercana…

El libro está narrado en primera persona por la protagonista, protagonista femenina que está inmersa en un mundo masculino y que para sobrevivir en él no duda en llevar al extremo los tópicos machistas que les gustan tanto a los hombres: insolencia, coquetería, búsqueda de dominación en el sexo… Es memorable le entrevista de trabajo que le hace a su ayudante.

“No me sentía orgullosa del mal rato que le había hecho pasar a mi recién contratado ayudante, pero además de habérmelo pasado estupendamente, brindé en mi interior por todas aquellas mujeres que habían tenido que pasar por la humillante situación de las lascivas miradas de quienes las entrevistaban.”

Acostumbrados a los detectives masculinos que explotan sus atributos y su cinismo, ver a una aspirante a detective que reproduce tan fielmente estas actitudes, subida en unos tacones, representa un soplo de aire fresco. Quizás las mujeres estamos esperando una protagonista que no imite el modelo masculino establecido en la sociedad y por tanto establecido en la novela negra, pero con Yaiza Cabrera se establece una crítica velada. Los arquetipos clásicos detectivescos chirrían si los reproduce una mujer joven, parecen reales si los reproduce un hombre. El primer gran caso de Yaiza Cabrera, novela escrita por Javier Holmes, un hombre, no hiperventiléis, logra que se cuestione la figura de la mujer, y por tanto la del hombre, en una sociedad patriarcal, recreando situaciones que de primeras podrían parecer meramente ficción pero que son situaciones totalmente verosímiles.

En definitiva, dejémonos llevar y disfrutemos sin prejuicios del primer gran caso de esta joven auditora reconvertida en azote de la corrupción y divirtámonos con El Primer gran caso de Yaiza Cabrera de la mano de Javier Holmes.

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