viernes, 31 de agosto de 2018

Alacrán, de Salva Alemany. Una fría historia en la frontera de México

El noir urbano está perdiendo terreno ante las novelas negras rurales. Un claro ejemplo de ello es Alacrán de Salva Alemany y publicada por Editorial Amarante, que desarrolla una historia muy negra en la frontera entre El Paso y Ciudad Juárez.

Santos es un sicario que compagina su taller de motos con los asesinatos que le encarga Don Dimas. Santos comparte su vida con Lupe, mujer a la que adora y con la que no puede tener hijos. En uno de sus sangrientos trabajos, “el penúltimo”, Santos encuentra a un bebé y no duda en llevárselo para terminar así de formar su familia.


En 1996 Daniel Woodrell acuñó el término de country noir para definir su novela Los huesos del invierno, novela que se desarrolla en las montañas de Ozark, en Missouri y que parece sacada de una canción country regada con bourbon y metanfetamina. La protagonista de Woodrell es una chica que busca a su padre, el protagonista de Alacrán es un hombre que encuentra un hijo.

Últimamente estamos acostumbrándonos a que nos cuenten, tanto en la literatura como en el cine y la televisión, historias de los narcotraficantes mexicanos. ¿Cuántos de vosotros habéis visto Breaking Bad? En esta serie y, también en Alacrán, se desarrolla la idea de que alguien que toma contacto con el mundo del narcotráfico acaba siendo absorbido por él y acaba aceptando como suyos, casi sin darse cuenta, los valores morales  del crimen en la frontera. La mayoría de los protagonistas llegan al mundo del narcotráfico casi por casualidad y acaban viviendo en un mundo en el que el límite entre el bien y el mal está totalmente desdibujado. Cuando Santos recoge al niño, cree estar haciendo una buena obra, está salvando a un niño y le está dando a Lupe la oportunidad de ser madre. No importa que antes haya asesinado al que supone su padre, eso era algo que se tenía que hacer. Alacrán, más que una historia de delincuentes es una historia de amor. Santos no deja de ser un personaje frío, pero Lupe y su hijo dan un vuelco a su vida.

En Alacrán se plantean temas como el narcotráfico, la prostitución, la corrupción pero también temas como el amor, la amistad y el respeto. Pero volvemos a la misma idea, el amor y la amistad son sentimientos fuertes, pero hay que hacer lo que hay que hacer, los sentimientos que se destruyan por el camino serán sólo daños colaterales.

Salva Alemany hace con Alacrán un ejercicio de crítica ante una sociedad que tolera, incluso respeta, el mundo del narcotráfico. Don Dimas representa lo que antes representaba el sistema. Los narcotraficantes son los actuales dictadores y el resto no tiene más remedio que cumplir sus órdenes. Pero no siempre esto es un problema. Santos es un personaje frío que no tiene ningún problema en ser uno de los sicarios del narco local. Sólo cuando el niño llega a su vida se plantea la necesidad de dejar estos trabajos, pero sólo por el niño, su hijo debe de estar fuera de este tipo de vida.

Pero en Alacrán la frontera no sólo es moral, también es física. Santos vive en El Paso, una de las ciudades más seguras de EEUU, separada por el río Bravo de Ciudad Juárez, ciudad que sólo en junio de 2018 lleva registrados 177 asesinatos. La violencia extrema está apenas separada de una cultura que alardea de unos firmes y elevados principios, pero que es el mayor mercado de los carteles sudamericanos.

Así que entrad de lleno en el ambiente asfixiante del sur de EEUU y no dejéis de leer este moderno western. Si podéis oír de fondo a Johnny Cash, mejor que mejor.

ISBN: 978-84-948039-8-7
Páginas: 262
Formato: Tapa blanda
Tamaño: 15x21 cm
Precio: 19.99 €

viernes, 24 de agosto de 2018

A la luz del vino de Carlos Ollo Razquin. In vino veritas

En A la luz del vino de Carlos Ollo Razquin, encontramos otra de las magníficas apuestas de la Editorial Erein en novela negra actual. Segunda obra en la que los protagonistas son el inspector Villatuerta y el subinspector Javier Erro. Esta vez la aparición de un accidente que lleva a la muerte del enólogo de una bodega navarra, y una investigación sobre tráfico de droga, les hará moverse en el entorno del vino y de los que viven en el mundo de la enología, tan de moda hoy. Este en un punto importante de la narración en cuanto a que nos acerca a los procesos de fabricación del vino.

Dado que la narración está hecha por un narrador externo, asistimos en directo a la muerte del Tomás Aguerri atacado por alguien que descarga el golpe de una botella en su cabeza y lo hace pasar por un accidente en el que Aguerri habría muerto por el “tufo” de la fermentación. A la vez que transcurren estos hechos, la agente Nerea investiga a dos hombres que supuestamente trafican con droga. La casualidad le lleva a descubrir que quizás, los dos casos se encuentran relacionados.
enólogo

Como trasfondo encontramos la vida de los policías que prácticamente se centra en su trabajo. Faus Villatuerta vive con sus hijos (su hija es la agente Nerea) y con Irina, mujer rusa que cuidó de la esposa enferma de Faus hasta su muerte y que luego se hizo cargo del resto de la familia, incluido Faus. Me he preguntado si no debería haber leído también el primer libro de la saga, Quién con fuego (2015) para entender un poco mejor la personalidad de los protagonistas, cuya descripción se me queda un poco corta. No tienen profundidad. Faus vive en una relación de la que a menudo escaba con su trabajo, los bares o los amigos. Irina vive una vida insulsa de espera. Nerea intenta reconquista a un hombre que no siente ningún interés por ella, aunque tampoco es que ella pierda la vida por él.
A Javier Erro tampoco le entendemos demasiado en sus reacciones.

Por otra parte, el dueño de la bodega, preocupado por hacerla parte del mercado y de la competencia pero que no parece implicarse demasiado en los sucesos que están pasando allí.

Una pareja clave en la investigación son un padre y un hijo extranjeros que son los que cuidan de la bodega. El padre es feliz allí porque para él supone una segunda oportunidad en su vida y en la de su hijo aunque muy pronto descubrimos que no es así. Su pasado les sigue muy de cerca.
Si algo me ha llamado la atención en A la luz del vino, es la belleza del entorno y que en vez de tratarse de una historia oscura, tenebrosa como pasa en muchas novelas negras, no encontramos como el título indica, en una historia llena de luz que a menudo atraviesa la uva dando otro significado a las cosas. Es una historia en la que Carlos Ollo nos transmite cómo el vino (en su justa medida) nos hace ver la vida y las cosas de otra manera y nos acerca a la verdad.

En definitiva, A la luz del vino es una obra entretenida que además es curiosa porque nos introduce en el mundo de las bodegas, de la uva y del vino a la vez que nos atrapa en la investigación de un asesinato.

Colección: Cosecha roja, 29
Formato: 135 x 205 mm
Páginas: 256
Encuadernación: Rústica
Fecha de publicación: 12-03-2018
Fecha de publicación en digital: 02-05-2018
Formato de la edición digital: EPUB
ISBN: 978-84-9109-273-5
ISBN digital (ePUB): 978-84-9109-275-9

viernes, 17 de agosto de 2018

El hombre de tiza, de C. J. Tudor. ¿Quién quiere jugar?


C. J. Tudor se estrena en el mundo de los thrillers ingleses con El hombre de tiza, una de las novelas
más recomendadas de este verano.

Eddie y sus amigos inventan un código secreto, se comunican pintando dibujos de tiza con los que se envían mensajes que solo ellos entienden. Pero los dibujos empiezan a aparecer sin que ninguno de ellos los haga y les conducen al cuerpo de una chica asesinada brutalmente. Después de treinta años, cuando todos ellos casi han logrado olvidar el suceso, reciben una carta con un monigote pintado. ¿Quién quiere volver a jugar?

"A mí la experiencia me ha enseñado que es mucho mejor coger tus miedos, meterlos en una caja, cerrarla bien, echar el candado y guardarla en el rincón más apartado y oscuro de tu mente. Pero cada maestrillo tiene su librillo."

El hombre de tiza está narrado por Eddie, alternando los sucesos de 1986 y lo que ocurre en 2016. La narración del pasado es quizás más interesante ya que nos presenta, desde el punto de vista de un chico de 12 años, la sociedad de los ochenta en un pueblo inglés: la doble moral de aquellos años, las manifestaciones frente a las clínicas abortistas, cómo la iglesia va perdiendo el poder, un ambiente opresivo en el que la violencia es tolerada tanto en el ámbito familiar como en el escolar, a pesar de que es esta una década idealizada, siempre me he preguntado el por qué…

La narración del 2016 gira en torno a la idea de que algunos actos que creemos sin importancia pueden tener consecuencias terribles. Las peores tragedias pueden ser fruto sólo de la casualidad. Los mejores amigos casi nunca se cuentan toda la verdad, pero para investigar los crímenes que sucedieron hace treinta años, es imprescindible tener toda la información posible. Por lo tanto, hasta que Eddie y sus amigos no cuentan todo lo que saben ninguno de ellos averigua realmente qué ha pasado.

El desenlace de El hombre de tiza es lo que más me ha gustado. Es cierto que es un poco precipitado, pero últimamente estoy saturada de finales abiertos que anuncian una próxima novela. Aquí el misterio queda plenamente resuelto y el último capítulo hace replantearse al lector toda la historia. Si empezáis a leer la novela, llegad al final.

El hombre de tiza parece el hermano pequeño de IT, la icónica historia de terror de Stephen King.  En ambas la historia transcurre en un pueblo y está protagonizada por cuatro niños y una niña pelirroja. En ambas aparecen personajes siniestros que parecen sacados de una pesadilla, el payaso Pennywise y el Hombre de tiza, en ambas los chicos logran olvidar los terribles sucesos de su infancia, pero el tenebroso personaje vuelve a despertar los recuerdos dormidos. Pero claro, nadie escribe como el maestro del terror, por lo que esta historia se queda en una historia mucho más superficial que la terrorífica It.

La novela de C. J. Tudor también nos recuerda la estética ochentera de Stranger Things serie en la que una pandilla de niños (y una niña) luchan contra unas desconocidas fuerzas que aparecen en el bosque. Pero la fuerza de El hombre de tiza tampoco es la fuerza que transmite la serie de televisión.

En definitiva, El hombre de tiza es una novela de misterio sin demasiadas pretensiones, que desarrolla una buena idea, explicada con un lenguaje tan sencillo que no logra, a pesar de que lo intenta, convertirse en una novela de terror.

viernes, 10 de agosto de 2018

El primer gran caso de Yaiza Cabrera, de Javier Holmes. Una investigadora ¿clásica?


¨Mi ayudante, Ismael, ha aparecido asesinado en mi despacho. Desnudo y con un vibrador en el ano. Resulta que el dildo era mío y el cuchillo con el que le han cercenado el cuello, también.”

El Primer gran caso de Yaiza Cabrera, escrito por Javier Holmes, se plantea así.

Yaiza Cabrera trabaja en una firma de auditoría de cuentas, trabajo que en principio no parece muy apasionante para una mujer como ella. Nada hace sospechar que mientras audita a un partido de extrema derecha la joven incauta va a verse acusada de asesinato después de descubrir a su ayudante muerto de esta humillante manera. Así, la joven economista, se ve empujada a encontrar al asesino del difunto mientras intenta evitar que el inspector Luis Bárcenas la envíe a la cárcel.

El argumento se desarrolla de manera ágil. Los acontecimientos se amontonan y Yaiza no está acostumbrada a enfrentarse a mafias políticas teniendo a la policía en contra. Pero encuentra un acompañante que le va a servir de escudero, un profesor llamado Melitón que va a ser su contrapunto.

La novela policíaca tiene, casi siempre un halo de solemnidad. No es para menos, el crimen es algo muy serio. Desde los detectives a la resolución del crimen, pasando por los motivos y el modo en el que se produce el asesinato no suelen producir regocijo. No ocurre esto en El primer gran caso de Yaiza Cabrera. En esta novela tanto el crimen como la resolución arrancan sonrisas en el lector. Los personajes son todos, incluida la protagonista, personajes que, de puro tópico, parecen reales. Economistas pudientes y desequilibrados, políticos corruptos, investigadores privados que colaboran con una policía de lo más cercana…

El libro está narrado en primera persona por la protagonista, protagonista femenina que está inmersa en un mundo masculino y que para sobrevivir en él no duda en llevar al extremo los tópicos machistas que les gustan tanto a los hombres: insolencia, coquetería, búsqueda de dominación en el sexo… Es memorable le entrevista de trabajo que le hace a su ayudante.

“No me sentía orgullosa del mal rato que le había hecho pasar a mi recién contratado ayudante, pero además de habérmelo pasado estupendamente, brindé en mi interior por todas aquellas mujeres que habían tenido que pasar por la humillante situación de las lascivas miradas de quienes las entrevistaban.”

Acostumbrados a los detectives masculinos que explotan sus atributos y su cinismo, ver a una aspirante a detective que reproduce tan fielmente estas actitudes, subida en unos tacones, representa un soplo de aire fresco. Quizás las mujeres estamos esperando una protagonista que no imite el modelo masculino establecido en la sociedad y por tanto establecido en la novela negra, pero con Yaiza Cabrera se establece una crítica velada. Los arquetipos clásicos detectivescos chirrían si los reproduce una mujer joven, parecen reales si los reproduce un hombre. El primer gran caso de Yaiza Cabrera, novela escrita por Javier Holmes, un hombre, no hiperventiléis, logra que se cuestione la figura de la mujer, y por tanto la del hombre, en una sociedad patriarcal, recreando situaciones que de primeras podrían parecer meramente ficción pero que son situaciones totalmente verosímiles.

En definitiva, dejémonos llevar y disfrutemos sin prejuicios del primer gran caso de esta joven auditora reconvertida en azote de la corrupción y divirtámonos con El Primer gran caso de Yaiza Cabrera de la mano de Javier Holmes.

viernes, 3 de agosto de 2018

La desaparición de Stephanie Mailer, de Joël Dicker. La larga sombra del pasado


Maya velasco

“Siete de la mañana. Amanecía en Orphea. Nadie había dormido en toda la noche. El centro de la
ciudad se encontraba asolado. La calle principal seguía acordonada, abarrotada aún de vehículos de emergencia, llena de policías que la recorrían y sembrada de montones de objetos de todo tipo que la multitud había dejado abandonados durante el tremendo pánico que sobrevino tras los disparos en el Gran Teatro”

Después de su fulgurante éxito con La verdad sobre el caso Harry Quebert y  El libro de los Baltimore que, sin llegar a la grandeza del primero fue una novela bien contada y con una intriga bien construida, Joel Dicker nos ofrece La desaparición de Stephanie Mailer. En esta novela, Dicker nos demuestra que sigue siendo genial pero también más maduro en su escritura.

Como en sus anteriores obras, la historia se desarrolla en un pueblo de Estados Unidos. Como en sus anteriores obras, la historia baila entre un suceso del pasado y sus consecuencias en el presente.

Todo comienza cuando Jesse Rosenberg policía de Orphea, que está a punto de retirarse, se encuentra con una periodista, Stephanie Mailer, que le reprocha haber fallado en la resolución de un cuádruple asesinato acaecido en 1994. Estamos en 2014 y la clave de esta historia es la frase de la periodista antes de desaparecer: “Tenía la respuesta ante sus ojos, capitán Rosenberg. Sencillamente no la vio”. En 1994 se inauguró el Festival de Orphea y cuando todo el pueblo estaba en la fiesta, un desconocido asesina al alcalde, su esposa, su hijo y una joven que hacía ejercicio. Jesse y su compañero Derek Scott trabajaron incansablemente en la investigación del caso hasta resolverlo. O no. Ahora días antes de la inauguración del XXI Festival de Orphea tendrán que volver a revisar todo aquello que pueda ayudarles a saber la verdad a la vez que buscan a Stephanie, que desaparece al día siguiente de hablar con Jesse. Su mayor ayuda será la policía Anna Kanner, nuestra tercera protagonista, que nos transmite frescura y es quien a menudo, dará con pistas nuevas y aportará soluciones. Se acaba de divorciar y ha venido de Nueva York para cambiar su vida.

Este es un tema que se trata en diferentes momentos de la novela: personas que huyen del bullicio de Nueva York y que buscan en Orphea empezar una vida distinta, más auténtica.

Otra de las intrigas de La desaparición de Stephanie Mailer es qué pasó en la detención del culpable del cuádruple asesinato, aunque sí sabemos que murió en la detención. El suceso se insinúa varias veces, ahora Derek solo se dedica a trabajos administrativos. Y qué pasó ese mismo día con Natasha, el gran amor de Jesse y mejor amiga de Darla, la esposa de Scott.

El final es sorprendente. La solución que se da a las distintas tramas, tiene tintes clásicos a la que no voy a aludir para no estropear la sorpresa.

El autor ha declarado que “todos los personajes de este libro tienen esa necesidad de reparar lo que no hicieron, y conseguirlo es la única manera de seguir viviendo”. Nadie cree que Stephanie haya desaparecido y nadie cree que haya que reabrir el caso, pero sencillamente Jesse no se puede retirar con esa duda. Al final convence a su amigo Derek para que vuelva a las calles y le ayude a resolver los dos casos.

Dicker siempre se centra en sus novelas en la idea de que todo el mundo está relacionado con todo el mundo de alguna manera sutil y que nunca llegamos a conocer a nadie. En La desaparición de Stephanie Mailer hay una serie de subtramas: la política de la ciudad y sus corruptelas, la historia de los policías del pasado y del presente tan relacionados con los asesinatos, la historia de la asesinada en 1994 con la familia del alcalde, la historia de Michael Bird, redactor jefe del periódico local y de su mujer, y la de los Edén cuya hija está desesperada, consume drogas, un crítico literario, un librero…

De repente, sin saber cómo, nos encontramos en la inauguración del Festival y, por unos u otros motivos, vemos a todos estos personajes juntos, formando parte de la obra que se va a representar y de la solución de los asesinatos del pasado y de los que se van produciendo.
Todos creen que en la obra se sabrá el nombre del asesino. La expectación es enorme:

“Si quiere saber mi opinión, Frank, el problema no reside tanto en descubrir lo que va a revelar esa obra, sino en saber lo que oculta”.
Pero a la vez, de alguna manera, todos esperan que la obra cambie sus vidas, aporte algo nuevo o rompa con un pasado desgraciado como es el caso de los Edén.

Sin duda, esta es la novela del verano. Vais a disfrutar de la verdadera intriga, de los continuos altibajos de la investigación, de unos personajes perfectamente dibujados, de historias de amor y de desamor, de la larga sombra del pasado y de la puesta en marcha de una loca obra de teatro.

miércoles, 1 de agosto de 2018

El maldito orgullo de León Barcan. Un personaje de los 50 en la Barcelona actual

León Barcan sale de la cárcel después de 30 años encerrado. En la puerta le está esperando su amigo Bastián para enseñarle la nueva vida que le espera fuera.


La trama de El maldito orgullo de León Barcan se desarrolla desde el punto de vista de algunos de sus personajes, la novela está narrada en primera persona por cuatro de ellos: León, Don Tic Tac, el Señor Perro y Ariza, un peculiar policía, aunque la historia que cuentan es la misma porque toda la narración tiene a León como protagonista. En la historia principal se “cuela” la trama de un cruel asesino de mujeres, Don Tic Tac, que tortura a sus víctimas durante el año 1981 para dejar de hacerlo repentinamente.

El ritmo de El maldito orgullo de León Barcan es muy rápido. Se alternan las diferentes narraciones y las dos líneas temporales, 1981 y 2016, hasta que finalmente acaban juntándose de manera explosiva.

Es una novela negra con tintes muy actuales. La descripción de la vida de unos yonkies en los años 80, la descripción de la dura vida carcelaria, la historia de las millonarias mafias urbanas, todo ello a ritmo de jazz, no permite un respiro al lector que no podrá dejar la lectura hasta que descubra quienes son realmente los personajes y cómo han influido en la vida de León.

Los personajes, todos hombres, creen tener claro lo que tiene que hacer. La venganza es el motor que los mueve, la rabia es la mecha que enciende las escenas más violentas, escenas y situaciones que son la única solución posible a esos estallidos de testosterona y que dan a la narración el ritmo brutal que tanto nos gusta a los devoradores de novela negra.

Así que ya habréis notado que la novela me ha gustado mucho. Describe, con el ambiente de los años 50, a personajes de la actualidad (aunque alguno lleva sombrero). No deberíais perdérosla