viernes, 15 de junio de 2018

El caso Newton, de Antón Arriola. ¿Razón o locura?


Con El caso Newton, Anton Arriola plantea al lector un nuevo dilema. Si en El negro y la gata (Erein, 2016) tuvimos que elegir entre la levedad o el peso, en esta novela las contradicciones se multiplican: realidad o ficción, ciencia o locura, dogma o herejía, amor o pasión…

Ander Azurmendi, el sacerdote protagonista de El negro y la gata ha sido apartado del sacerdocio y ejerce como profesor de antropología en la universidad de Deusto. El rector de la universidad solicita la ayuda de Azurmendi tras el robo de dos valiosos ejemplares de una biblioteca privada, en concreto El Principia Mathematica de Newton y El elogio de la Locura de Erasmo de Rotterdam. Al mismo tiempo, se producen en Bilbao varios atentados contra importantes símbolos religiosos y culturales que son atribuidos a un grupo político nihilista llamado PSP, tras los cuales aparecen en la prensa, publicados en latín, fragmentos de la obra de Erasmo.

Azurmendi ha cambiado en esta novela. Ya ha superado las batallas interiores que tenía al ser un sacerdote sin fe, enamorado de una mujer. Ahora es un hombre más seguro aunque sigue teniendo conflictos. Continúa, con altibajos, su relación con Ane. Han acordado darse distancia y esto hace que sea difícil que cada uno encuentre el espacio que quiere en la relación. También tiene que elegir el el plano sentimental entre Ane, el amor, y Miren, una compañera que representa la pasión.

En el caso Newton hay dos tramas distintas que terminan encajando la una en la otra. Por un lado está el robo de las valiosas obras literarias de una biblioteca privada en el centro de Bilbao y por otra los atentados. El ambiente narrativo nos recuerda a los escenarios de El nombre de la Rosa de Umberto Eco, en ambas el enigma gira alrededor de manuscritos antiguos, en valiosas bibliotecas, con protagonistas del clero, sectas secretas, herejías y crímenes. Azurmendi tiene que salir de Deusto para continuar su investigación en el Trinity College de Cambridge, donde se entrevista con el Decano, Mr. Kapoor,  premio Nobel de Economía, que es la representación académica de la ciencia y de la razón. Aunque nadie es lo que parece.

Durante toda la trama se mezcla la realidad con la ficción, incluso dentro de la ficción. Tanto Newton como Erasmo tienen un peso importante en la novela, siendo ambos grandes pensadores, podríamos pensar que son símbolos de la razón y la ciencia. Newton representa la razón por medio del Principia Mathematica y Erasmo, sacerdote católico, humanista y filósofo, la pasión en su Elogio de la Locura. En la investigación, salen a la luz aspectos de Isaac Newton que quizás no son tan conocidos, gran parte de sus investigaciones se centraron en la alquimia y en la búsqueda de la piedra filosofal y tuvo relación con una poderosa logia secreta. Esta es, quizás, la esencia de El caso Newton. Nadie ni nada es realmente lo que parece. ¿Hasta dónde la verdad que damos como buena es real? ¿Hasta dónde los dogmas que son el pilar de nuestra cultura han sido manipulados? Quizás el término “posverdad” ha sido creado recientemente, pero es evidente que el concepto ha existido siempre. El caso Newton habla de cómo la mentira transforma la verdad y cómo la realidad puede crearse a partir de hechos que la gente quiere o necesita creer, a pesar de no ser reales. La información que recibimos en las redes sociales y la prensa intoxica la verdad, pero antes de esto ¿no contaminarían los estamentos religiosos, políticos y económicos la realidad de la misma manera?

Aunque la prosa es serena y las descripciones, tanto de los escenarios como de los personajes tienen una cadencia suave, la trama es muy rápida. Los acontecimientos se van desencadenando de manera veloz. A la vez, la historia personal de Azurmendi va marcando el ritmo de la narración.

Os recomiendo que leáis El caso Newton, otro acierto de la colección Cosecha Roja de la editorial Erein, para que decidáis si estáis con la razón o con la locura. Si preferís, dejaros llevar por las circunstancias sin elegir, aunque eso es ya una elección, creo…

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