viernes, 11 de mayo de 2018

Que de lejos parecen moscas, de Kike Ferrari. Perfecta ingeniería negra


Suelo leer las novelas de culto con cierto recelo, recelo que he perdido violentamente en Que de lejos parecen moscas de Kike Ferrari, en la segunda página para ser exactos.

Luis Machi es un empresario despreciable, un nuevo rico que alardea de sus coches, sus corbatas de seda, sus Rolex  y su mujer de apellido compuesto. De madrugada, después de aprovechar las pastillas azules, la cocaína y el whisky que se ha tomado, coge su BMW para desayunar con su mujer. Pincha una rueda y llama al seguro, abre el maletero y encuentra un cadáver atado al coche con unas esposas de peluche que utiliza en sus desenfrenos sexuales. A partir de ahí empieza una carrera sin freno para deshacerse del cadáver sin rostro. ¿Quién es el asesino? ¿Quién, además de Machi, es la víctima?

“No le sorprende que esto -el cadáver, el baúl, el misterio- haya sucedido, lo que le asombra es que le haya sucedido a él”

Que de lejos parecen moscas es una road story que se desarrolla, en unas pocas horas y casi exclusivamente dentro de un BMW. Un nuevo rico acostumbrado a que le saquen las castañas del fuego necesita deshacerse de un cuerpo sin contar con la ayuda de nadie. Es un viaje por las calles de Buenos Aires y es un viaje por el pasado de Machi. El protagonista tiene la necesidad de solucionar el “problema” del maletero y tiene la necesidad de averiguar quién le ha tendido la trampa.

“Maneja y maneja sin pensar en nada, como en un dejarse ir”

Mediante breves saltos temporales el lector se adentra en el pasado de Machi, cómo nació su fortuna a la sombra de la dictadura y cómo se afianzó en los años de la democracia. Los demás personajes, que sólo aparecen cuando Machi los invoca, son, con pocas palabras, perfectamente retratados: asesinos a sueldo, mujeres que soportan cualquier indignidad por dinero, hijos humillados, empleados doblegados… cualquiera de ellos ha podido ser el que ha tendido a Machi la trampa. Cada pieza del puzle está perfectamente colocada en esta historia.

“No, y vuelve a agitar la cabeza, no tengo enemigos tan poderosos, piensa quien hasta hace unas horas pensaba que no tenía enemigos en absoluto”

La estructura es circular. Machi completa un círculo perfecto, el BMW completa un círculo perfecto, el lector completa un círculo perfecto…

Mientras recorre las calles de Buenos Aires intentando deshacerse del cadáver y mientras analiza quién ha podido tenderle la trampa, Kike Ferrari hace una tremenda reflexión sobre los efectos que la dictadura argentina ha tenido en el país. Personajes grises que hicieron fortuna caminando sobre cadáveres, fortuna que les permite comprar el poder en la actualidad aunque vayan sumando enemigos “que de lejos parecen moscas”

Cualquier lector que empiece Que de lejos parecen moscas va a correr más que el BMW de Machi para averiguar qué está pasando. Es imposible soltar la novela, la angustia del protagonista no es nada en comparación con la urgencia del lector que, a pesar de ver en él a un tipo despreciable, sin saber por qué, desea que consiga ganar una vez más.

Del desenlace no voy a decir nada, tenéis que llegar vosotros, pero ¡ay de aquel que llegué!

No os podéis permitir el lujo de no leer esta novela de Kike Ferrari, no es una novela de culto, es la novela de culto.

3 comentarios:

  1. A pesar del repaso por los bajos instintos, creo que el desenlace final, la última página contribuye a mejorar, si es posible, la trama y la manera de contarla. Novela de culto, sin duda.

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