
Emilio
Arenas, malagueño decide abandonar sus andanzas y quedarse en Nueva York y
abrir el restaurante El Capitán. Hace venir a su esposa, Remedios, y a sus tres
hijas, que no lo aceptan con agrado. Una vez allí, se encuentran en un mundo
absolutamente nuevo, con un idioma que no conocen y una ciudad enorme y
abrumadora. Para colmo, su padre muere repentinamente en un accidente
dejándolas solas a su suerte y con un montón de deudas. Si bien la madre se
viene abajo y no reacciona, las tres hermanas se unen para luchar por su futuro
y poco a poco, van tomando el rumbo de sus vidas. Deciden seguir con El capitán
buscando a su vez otros trabajos.
La
madre es una mujer amargada por la ausencia de su marido, por los reveses que a
menudo tienen y por su afán de casar a las hijas y volver a España. Lejos de
ayudarlas a salir adelante, no hace más que criticarlas.
Victoria,
la mayor, se encuentra un poco encerrada en el restaurante, añora la vida libre
y divertida de Málaga:
"A diferencia de sus hermanas, solía llevar el pelo
recogido y sus rasgos eran algo más sutiles y un poco menos marcados; con su
nariz fina y los pómulos altos, sus grandes ojos negros y el rostro ovalado,
quizás tenía la belleza más canónica de las tres"
Mona,
la mediana, es la más atrevida. Nada parece poder con ella y cada día inventa
nuevas ideas para salir de su pobreza:
"...ágil, viva, con una rapidez casi
animal en la vista, la lengua y la mente que la impulsaba a reaccionar con
soltura y sin brida cada vez que la coyuntura lo requería".
Luz es la
más independiente y lleva el arte en las venas. Esta independencia hace que su
historia sea la más dura:
"…parecida a las mayores y dueña simultáneamente
de algo distinto que la hacía singular: el pelo un tono más claro, el cuerpo
algo más carnal, un poco más recortada en estatura; la más alegre y vivaracha
de las tres"
Alrededor
de ellas pululan cantidad de emigrantes venidos de España y cuyo rasgo común
será la pobreza, la solidaridad y el deseo de volver a sus lugares de origen.
Aunque ellas al principio tienen una actitud altiva, cada vez que ocurre alguna
desgracia, todos los compatriotas se unen para ayudar ("aquella gente se
ayudaba entre compatriotas como las criaturas de una misma manada").
Forman sus asociaciones, hacen funciones y viven en las mismas zonas.
Entre
los personajes históricos, encontraremos como no, a Xavier Cugat y a Alfonso de
Borbón, ciudadano español en el exilio, enfermo, pero siempre dispuesto a una
buena juerga.
María Dueñas demuestra su alto grado de compromiso con sus obras ya que es patente
que se ha documentado profundamente sobre la ciudad, de la que a menudo da
detalles e itinerarios, restaurantes famosos, ambiente, costumbre de los
distintos inmigrantes, iglesias...
El
lenguaje está perfectamente adaptado a cada personaje. Para nuestras
protagonistas utiliza multitud de expresiones populares como "criando
malvas", "no seas tan tola" o "céntrate, so tonta", la
mezcla de lenguas de los caribeños…
La
primera novela de María Dueñas, El tiempo entre costuras, fue un éxito rotundo en
2009. En mi opinión, ninguna de sus siguientes obras llega a su altura, si bien
Las hijas del capitán es amena y como ya he dicho, está muy bien documentada.
Algunos de los sucesos son más bien predecibles. También he encontrado que se
demora en las historias de demasiados personajes, lo que a veces hace la
lectura un poco densa.
En
líneas generales, Las hijas del Capitán es amena y nos da una visión de un
fenómeno poco conocido en España: la vida de aquellos que tuvieron que partir
tan lejos a encontrar otra vida que aquí no podían tener y que a duras penas
consiguieron.
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