
Benito Olmo acaba de publicar la segunda novela de la saga
de Bianquetti, después del éxito que tuvo con La maniobra de la tortuga. Un
inspector con dos metros de mala leche que parece que todo lo que toca se
convierte en un problema.
Bianquetti está suspendido de empleo y sueldo e intenta
ganarse la vida como investigador privado, pero en una ciudad en crisis, no es
fácil encontrar trabajo. Mientras está buscando a una prostituta llamada
Regina, un antiguo compañero le ofrece un trabajo como escolta de un rico
empresario. La cosa parece fácil, pero ya se sabe con Bianquetti. Cuando en un
partido de la Copa del Rey, el estadio del Cádiz, el Ramón de Carranza, se
convierte en el escenario de un tiroteo con varios muertos, comienza la verdadera
historia.
La trama principal gira alrededor de una mujer y las
sensaciones que despierta en cualquiera que la mire. Su marido mantiene una
dependencia insana hacia ella, aunque ella parece no darse cuenta.
“Como un girasol -se dijo- condenado hasta el final de sus
días a seguir el movimiento del sol que le da vida; el mismo sol que al cabo de
unas semanas se la quitará, achicharrándolo.”
Pero Bianquetti no sólo muestra fascinación por esta mujer.
Las conversaciones que mantiene con su hija nos muestran a un padre preocupado
pero comprensivo; las conversaciones que mantiene con Cristina, mujer con la
que mantiene una peculiar relación, nos presentan a un hombre tosco pero cuya
mayor preocupación es la seguridad de las dos mujeres a las que quiere. Quizás
la máscara de dureza es sólo eso…
Cuando pensamos en Cádiz siempre pensamos en el carnaval, en
las playas de Sancti Petri, en los chiringuitos, pero en La tragedia del
girasol se nos muestra el otro Cádiz, el que no aparece en los folletos
turísticas. Una ciudad con calles oscuras en las que la droga, que hace ricos a
algunos, destroza la vida de otros, una ciudad en la que estos dos mundos se
tocan y se mezclan.
"El suelo, los bancos,
las farolas y prácticamente todo el mobiliario urbano aparecían bañados en una
pátina de humedad tan densa que daba la impresión de que algún dios juguetón se
hubiera entretenido orinando sobre la ciudad mientras el resto del mundo
dormía."
Benito Olmo nos enseña en la novela las dos caras de Cádiz.
Junto a los millonarios con mansiones en las paradisíacas playas aparecen
prostitutas, delincuentes de medio pelo, drogadictos y caminantes. El detective
alterna la búsqueda de la prostituta con la investigación de la muerte
del empresario, sin sospechar que las dos investigaciones se tocarán tarde o
temprano. Bianquetti se va a ver en medio de una guerra entre dos bandas de narcotraficantes sin olvidarse de que él es parte de los perdedores.
Es de agradecer que La tragedia del girasol, a pesar de
formar parte de una saga, no hace constantes alusiones a La maniobra de la
tortuga, obra con la que se inició. Se puede leer de manera independiente sin
perder ningún detalle y la trama se centra en la investigación actual, sin
pesadas referencias, sólo pinceladas necesarias, al pasado del investigador.
Por todo, esto corred a las librerías a por la última de
Bianquetti, y girad, como los girasoles, alrededor de este detective que ha
llegado para quedarse.
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