Vivian Miller tiene cuatro maravillosos hijos y el marido perfecto. Quizás dedica demasiado tiempo a su trabajo, quizás le gustaría pasar más tiempo con su familia, pero ella tiene una misión: trabaja en la CIA como analista de contrainteligencia para desarticular células de espías infiltrados, utilizando un programa muy avanzado que puede entrar en los ordenadores de algunos de los agentes rusos. Cuando logra monitorizar el ordenador de uno de ellos encuentra en una carpeta con archivos no encriptados, no cabe en sí de gozo, pero, al abrirlo, ve la foto de su marido y el mundo se le viene encima. ¿Su marido es un espía ruso? ¿Toda su vida ha sido mentira? ¿Qué va a pasar con ella y con sus cuatro hijos?
La autora trabajó para la CIA, conoce el terreno, y su novela es narrada en primera persona. Mientras leemos, vamos compartiendo la angustia con la protagonista que trata de solucionar el problema que se le ha venido encima. Tiene que elegir entre mantener un matrimonio creado sobre una mentira y traicionar todos sus principios o desvelar la verdadera identidad de su marido, destrozando así todo por lo que había luchado hasta ese momento; tu familia o tu país El lector comprende perfectamente, o al menos hasta cierto punto, la impotencia que debe de sentir una agente del gobierno (y encima de Estados Unidos) al saber que quizás ha revelado secretos de la CIA a un agente ruso. Si le delata, posiblemente irá a la cárcel por contarle información clasificada, si no lo delata, también.
“Me vuelvo al ordenador, a la pantalla, en la que ahora no hay nada. Las rodillas me flaquean, me noto la respiración acelerada. La cara de Matt. En el ordenador de Yury. Y mi primer instinto: ocúltala. ¿Por qué?”
La narración no es lineal, Viv va recordando retazos de los diez años que ha compartido con su marido y así conocemos su vida en común desde el momento en el que se conocen hasta el presente.
El tema principal de Toda la verdad, más que la trama de los espías infiltrados, que es bastante previsible, es la lucha moral que la protagonista tiene. ¿Debe ser leal a una persona que la ha engañado durante tanto tiempo? ¿Debe ser capaz de arriesgarlo todo para mantener una familia que nació por una traición? A veces empatizamos con ella, a veces no, pero en todo momento entendemos la angustia y la indecisión de Viv.
La lectura es trepidante. Es una de esas novelas que no puedes dejar de leer. El ritmo es vertiginoso.
El lector, acostumbrado a las películas americanas, parece estar viendo un thriller de los que cortan la respiración. De hecho, la película va a ser llevada a la gran pantalla con Charlize Theron como protagonista, lo siento, ahora la veréis con su aspecto.
“…me obligo a mirarlo, a él, mi marido, el hombre al que conozco tan bien y al que al mismo tiempo no conozco en absoluto.”
Para terminar, si os gustó La chica del tren, de Paula Hawkins, y Confusión, de B.A Paris (reseñada por Maya en Salamandra negra) no os podéis perder Toda la verdad.
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