
El pasado día 23 de marzo falleció el escritor Philip Kerr, creador del detective Bernie Gunther cuyos casos se relacionan con la Alemania nazi. Sin duda, deja huérfana a la novela negra.
No he podido evitar que El otro lado del silencio me recuerde a las del creador del género negro, Dashiell Hammett y a su detective Sam Spade. El paralelismo es claro, un héroe solitario y cínico que se alimenta de alcohol y tabaco y que pone en tela de juicio la sociedad del momento, su bella y malísima amante, el tono oscuro de los escenarios, los raptos y las palizas que recibe con suma elegancia y su alto sentido de la ética.
Nos encontramos ante una novela negra de espías entrelazada con el nazismo y la II Guerra Mundial. Incluye amor y sexo, chantaje, desastres marítimos, personajes reales, malvados y auténticas bellezas, palizas y escenas a la luz de la luna.
Como en todas las novelas de esta saga, En El otro lado del silencio, el presente se construye a través de un pasado en el que Gunther estuvo más o menos involucrado. La acción se desarrolla en 1956, en la Riviera francesa donde Gunther trabaja de conserje de un lujoso hotel. Ha dejado atrás su trabajo de detective y oculta su pasado en Alemania. Su único hobby es el bridge. Solo quiere un poco de tranquilidad y olvidar. Nada más empezar a leer descubrimos el típico humor y cinismo de los personajes de Kerr: a Gunther le ha abandonado su mujer y este intenta suicidarse:
"Algo que quizás haga que mi decisión de suicidarme parezca un tanto extraña, teniendo en cuenta lo difícil que fue no morir en Rusia. Sin embargo, en mi caso, seguir con vida fue siempre más un hábito que una elección consciente. Durante años, bajo el dominio de los nazis seguí vivo por puro empecinamiento. Así que una mañana de primavera, temprano, me pregunté ¿por qué no te matas?... Además, la vida tampoco era ya tan estupenda, aunque a decir verdad no estoy seguro de que lo fuera nunca"
Hay multitud de personajes reales que pasan por nuestra historia: alemanes y británicos pertenecientes a sus respectivos servicios de espionaje. Pero será el escritor Somerset Maugham quien actúa como personaje principal de la trama, contratando a Gunther para que le ayude en un chantaje al que está siendo sometido. Este chantaje derivará en otro más grande que nos conduce a un complicado entramado del espionaje de la época en el que un lector poco avezado en estas historias se encontrará sin duda algo perdido.
Es curiosa la visión que se nos da del autor: un hombre homosexual de vuelta de todo en esta vida pero que sigue queriendo guardar las apariencias más por su familia que por él mismo, desengañado del género humano, sigue escribiendo por costumbre ya que ahora es inmensamente rico, viejo, decrépito y profundamente solo entre una multitud de gente:
"El anciano me cayó bien. Me dio pena. Tiene todo el dinero del mundo, una casa preciosa, amigos famosos, pero no es feliz"
Se trata largamente el mundo de la homosexualidad. El autor no entra a criticar o a juzgar, convive con total naturalidad, si bien, Gunther en ocasiones declara sentirse incómodo en la villa de Maugham, por estar fuera de su mundo.
Cómo en toda historia de espías, encontramos a la mujer bella y manipuladora, que intentará seducir a nuestro héroe para luego entregarle en bandeja de plata. En esta serie, Gunther siempre se nos presenta como un mujeriego bastante cínico:
"Mi esposa más reciente me dejó porque ya no me amaba. Al menos eso me dijo cuando se largó con la mayor parte de mi dinero"
Pero tras ese aparente caparazón, también nos relatará una bella historia de amor durante el cerco ruso.
Al final de todo este torbellino de personajes y sucesos, con resaca y dolorido por la paliza que ha recibido, Gunther se pone su traje de conserje y vuelve a la recepción del Hotel.
Hay que leer el último libro de Philip Kerr, que se publica en inglés el próximo 3 de abril (Greeks bearing gifts) que también será la última aventura de Gunther.
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