viernes, 2 de marzo de 2018

Confusión de B.A Paris, entre la demencia y el asesinato

“Sin embargo, cuando recuerdo todo lo que he pasado estos tres últimos meses, y que aún sigo en pie, me doy cuenta de que soy más fuerte de lo que pienso”

He estado dando vueltas una y otra vez intentado averiguar qué es lo que te atrapa de Confusión para que no puedas dejar de leerlo.

B. A. Paris, seudónimo de Bernadette MacDougall, escritora de 60 años vendió casi un millón de ejemplares en todo el mundo con su primer libro, Al cerrar la puerta. Desde los siete años sabía que tenía que ser escritora, y lo fue tras pasar una carrera en el mundo de las finanzas, cinco hijas y una breve incursión en la docencia. Fue nominada para el Goodreads Choice Award en la Categoría Misterio y Suspenso.

La historia comienza cuando Cass, vuelve a casa tras una fiesta, atravesando el bosque en plena tormenta. De pronto ve un coche parado con una mujer dentro. Aunque piensa en ayudarla, al final pasa de largo por miedo a que sea una trampa. Este es el principio de su final:

“No es miedo lo que noto, es pánico. Me hace palidecer y me roba el aliento, me revuelve las entrañas y me afloja las piernas. Y luego me hace perder la razón y enfilar precipitadamente la carretera, lejos de las casas de esa zona, en dirección a la mía, al final, cerca del bosque”

Sin saber cómo, Cass se encuentra inmersa en una crisis nervioso del que no puede salir. Empieza a olvidar todo lo que hace, y empieza a dudar de sí misma:

“Es como si todo se derrumbase a mi alrededor y ya no supiera en quién confiar, ni siquiera en mi misma”

Así, el lector se ve envuelto en dos misterios: el asesinato y la demencia de Cass. Debo confesar que al principio, uno se ve abocado a la solución obvia y más fácil, para desecharla rápidamente, volviendo a ella una vez más para volver a quitársela de la cabeza.

La escritora ha logrado con una pericia increíble hacer que el lector se encuentre en un estado absoluto de nerviosismo e incluso llegue a pensar si alguna vez podría verse en la terrible situación de Cass.
Una de las cosas que más nos extraña es por qué la protagonista empieza a mentir a todo el mundo sin aparente razón hasta hacernos creer que ella es en parte culpable de todo lo que le pasa.
A su lado, encontramos a un marido más que entregado que la protege y que muestra una paciencia inagotable ante las rarezas de su mujer y a su mejor amiga, Rachel, casi una hermana, que estará a su lado en todo momento, escuchando sus sinsentidos. Un tercer personaje importante es la policía que entra y sale de la escena constantemente.

En algún momento de este puzle, nos hacemos la típica pregunta del Poirot de Agatha Christie. ¿A quién beneficia todo lo que está pasando? Pero la respuesta no es fácil, aparentemente nadie se beneficia de la locura de Cass, ni del asesinato.

El libro está narrado en primera persona de forma que todas las emociones, observaciones y problemas de Cass se convierten en nuestros. Solo vemos lo que ella ve.
He intentado analizar el lenguaje que utiliza la escritora para crear esa sensación de pánico y sobre todo para que escenas de lo más normal se vuelvan rápidas, inquietantes. El lenguaje es perfecto y las conversaciones muy logradas. Las conversaciones interiores de Cass consigo misma son delirantes con imágenes fuertes y constantes (pánico, tenazas de hierro, aterrada, temor, súbita oscuridad):

“El miedo se apodera de mi cuerpo y me eriza el vello de la piel…Suelto el teléfono, corro a la puerta de la calle y echo el cerrojo con dedos temblorosos. Me vuelvo hacia la alarma e intento recordar cómo se aislaban determinadas habitaciones; la cabeza me va a mil…”

En resumen, si eres amante de los thrillers o si no lo eres, atrévete con esta historia que te va a atrapar desde la primera palabra hasta la última.

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