Había comprado hace tiempo La librería de Penélope Fitzgerald, y
tenía ganas de empezarla, a pesar de que había leído muchas opiniones que la
catalogaban de aburrida. Por desgracia, como suele ocurrir, empezaremos ahora a
dar importancia a esta genial obra, ahora que hay una exitosa película dirigida por Isabel Coixet ganadora de tres Goyas entre ellos el de mejor
película, en la edición de 2017.
La historia nos sitúa en un pueblecito costero de Suffolk, con sus
costumbres ancestrales casi inamovibles. Florence Green es una viuda joven que
decide abrir allí una librería y para ello compra una propiedad antigua y llena
de humedades, Old House. Allí instala la librería y su propia vivienda. La
librería con el tiempo incorpora una biblioteca y la biblioteca trae a una niña
de 10 años como ayudante de Florence. El personaje de Christine es
absolutamente divertido por sus reacciones, sus comentarios y su madurez. Los
mejores pasajes son los momentos en que las dos están juntas.
La vieja casa además de humedades tiene un extraño inquilino, un
rapper o poltergeist, que se hace notar de vez en cuando y al que Florence no
presta la menor atención. Es realmente divertida una escena en la que Florence
y Christine toman el té y aparece el poltergeist haciendo de las suyas.
Florence, desde el principio, se
encuentra con la oposición de todo el pueblo, empezando por el banquero que le
da el crédito. Hasta el pescadero, que cree que debería abrirlo en su local, se
opone. Es un pueblo cerrado, que no tolera que se abra este negocio
El pueblo se nos presenta como un
ente único a pesar de que la novela describe las diferencias sociales que en él hay. El aristócrata y solitario Sr. Brundish que es la máxima autoridad
moral y el único que apoya a la protagonista, la señora Violet Gamart empeñada
desde el principio en que Florence fracase, hasta los trabajadores
empobrecidos o los pintores sin éxito: "El propio pueblo era una isla entre el mar y el río, que murmuraba y se
plegaba sobre sí mismo en cuanto sentía que llegaban los fríos otoñales"
Pues bien, la historia nos habla
de cómo una mujer sola, pero con carácter y decisión, se embarca en una
aventura difícil y no escucha a todo el que intenta que tire la toalla, sino
que sigue su instinto: "Florence
tenía buen corazón, aunque eso sirve de bien poco cuando de lo que se trata es
de sobrevivir"· Florence es una mujer buena pero decidida, se enfrenta
a todo el pueblo una vez más cuando decide comprar un montón de ejemplares de
Lolita de Nabokov. Este es uno de los mejores pasajes de una novela que nos
muestra que todavía en el Siglo XX había muchas actividades vedadas para las
mujeres, que una mujer sola debe quedarse tranquila en su casa.
Francamente, la novela de Penélope
Fitzgerald, que también trabajó en una librería de Suffolk, está escrita con
una prosa serena y preciosista. Es entretenida y de fácil lectura a la vez que
una pequeña joya.
¡Os animo a leerla antes de ver
la película!
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