
En esta tercera entrega de la serie, Rebeca
estudia en Florencia alejada de Cárcar y de sus amigos, pero rodeada del arte
que la apasiona. Víctor trabaja en el Diario de Navarra y es allí donde le
proponen que haga un reportaje sobre la recién inaugurada cárcel de Pamplona.
En ella visita a Jonás Sádaba,
vecino de Cárcar, que le cuenta sus sospechas sobre un posible asesinato
cometido dentro de la cárcel. Cuando en un permiso Jonás regresa a Cárcar y es
asesinado, Victor no duda en poner su vida en peligro para resolver el nuevo
misterio con la ayuda de sus amigos, los ancianos de Cárcar.
El asesinato real de un niño, ocurrido en
Estados Unidos, le dio a Estela Chocarro la inspiración para Te daré un beso antes de morir y es lo
que le sirve para preguntarse cómo un hecho tan cruel condiciona la vida de la
familia, del asesino y de la gente que les rodea.
En esta novela se entrelaza la vida dentro de
una prisión con la vida de los círculos del poder económico. La cárcel se revela como una sociedad en si
misma con distintos grupos que luchan por el dominio, el prestigio o la
supervivencia. Las clases altas, simbolizadas con una de las torres de la
Castellana en Madrid, aparecen como otra sociedad sombría capaz de comprar o de
aplastar a todo lo que amenace sus privilegios. Sin embargo, cuando un secreto
se mantiene durante muchos años, al final el tiempo acaba por poner las cosas
en su sitio, casi siempre...
Los personajes han evolucionado desde la
publicación de El próximo funeral será el
tuyo. A pesar de que en esta entrega Rebeca está en principio alejada de
Navarra, vuelve para ayudar a Victor a descubrir al culpable de esta serie de
crímenes. Otros personajes de las anteriores novelas van cobrando protagonismo,
como la forense Cristina Zudaire, que comparte con ellos tanto la investigación
como los sentimientos.
La prosa es sencilla, ágil, de la que
engancha al lector. Está narrada en tercera persona pero desde el punto de
vista del personaje que lleva la carga de cada capítulo.
En esta ocasión se amplían los paisajes en
los que se desarrolla la novela. Cárcar, por supuesto, Pamplona, Madrid y
Florencia. La tranquilidad de la población navarra contrasta una vez más con la
velocidad de las grandes ciudades. También se describen diferentes escenarios,
como la remodelada cárcel de Pamplona, La torre de cristal de Madrid, un centro
de salud mental de lujo, bares como lugares de encuentro. Los personajes también
son muy diferentes entre sí: ancianos, jóvenes, presos, millonarios, madres,
padres, hijos…
Es esta una novela llena de contrastes que
sigue manteniendo los misteriosos paisajes navarros como escenario de una
historia llena de misterios y llena de amistad y en la que, una vez más, Estela
Chocarro, acierta.